El buque anfibio USS Mesa Verde (LPD-19) de la Marina de los EE.UU. junto con elementos embarcados de la 26 Unidad Expedicionaria de Marines, ha atracado en el Muelle de La Curra del Puerto de Cartagena para mantenimiento, descanso de su dotación y reaprovisionamiento, después de cruzar el Estrecho de Gibraltar junto con los buques del tipo LPD Galicia (L-51) y Castilla (L-52) de la Armada española tras haber participado en el ejercicio conjunto MILEX-23 en el Campo de Maniobras de la Sierra del Retín. Este buque estadounidense es el tercero de la clase San Antonio (que estará compuesta por 16 unidades) que es el resultado del esfuerzo de la US Navy (aún en pleno periodo de la Guerra Fría) por sustituir a la cuarentena de veteranos buques del tipo LST, LKA, LSD y LPS que estaban en su flota anfibia, y que tenían más de 40 años de vida, por buques más modernos y capaces.

Pensados para operar a unos 45 kilómetros de distancia de la costa, esta clase de buques pueden proyectar desde la mar hacia tierra a unos 700 infantes de Marina mediante vehículos blindados anfibios AAV-7, de colchón de aire LCAC y convertiplanos MV-22B Osprey, pudiendo dar covertura aérea con los helicópteros de ataque AH-1Z Viper y los drones UCAV que pueden llevar a bordo, teniendo con ello la capacidad de actuar casi en solitario y fuera de un ARG (Grupo Anfibio de Intervención, compuesto por un conjunto de buques del tipo LHA, LHD y LPD) ante escenarios limitados.

El diseño de los clase San Antonio llama la atención por sus formas angulosas rectas y llenas de aristas, que sirven para minimizar su firma radar. Igualmente están considerados como los buques más resistentes por toneladas del mundo en la actualidad, ya que disponen de más de 200 toneladas de refuerzos estructurales, pensados para soportar el impacto de misiles, proyectiles de artillería, torpedos y minas. También disponen de protección NBQ mediante sobrepresión, creando una especie de burbuja o modo ciudadela. Sus emisiones acústicas e infrarrojas también han sido muy cuidadas para que sean lo más reducidas posibles, aumentando su discrección operativa y minimizando su detectabilidad ante un posible enemigo, lo que ayuda a maximizar su supervivencia en caso de entrar en combate u operar en un escenario bélico de tipo medio o intenso.

Su defensa ha sido muy cuidada en el aspecto de la guerra electrónica, contando con un sistema AN/SLQ-32(V3) conectado a seis módulos lanzaseñuelos MK-137 SRBOC y otros cuatro lanzaseñuelos AN/SLQ-49 Rubber Duck. En cuanto al aspecto de defensa antiaérea y antimisiles, los clase San Antonio cuentan con un par de lanzadores RAM del sistema MK-31 con 21 misiles de corto alcance cada uno, así como con un par de sistemas artilleros MK-46 con cañones Bushmaster de 30 mm, además de 4 ametralladoras QCB de 12,70 mm (basadas en las famosas Browning M2) y varios tinteros para colocar ametralladoras Minimi de 7,62 mm para defensa anti-HAS. En un futuro se ha pensado en incluir en el castillo de proa un silo VLS del modelo MK-41 para contener misiles ESSM de defensa antiaérea y antimisiles de medio alcance e, incluso, misiles de crucero Tomahawk.

Además de contar con las instalaciones típicas de los modernos buques anfibios, tales como un dique interno inundable para operar con dos LCAC o dos lanchas LCU, una amplia cubierta de vuelo provista de hangar para operar con cuatro helicópteros AH-1Z Viper, dos helicópteros CH-53E Super Stallion y otros dos convertiplanos MV-22B Osprey, así como contar con tres hangares de más de 2.200 m² para transportar los vehículos de combate y el material pesado de los infantes de Marina, los buques de la clase San Antonio disponen de un completo espacio hospitalario a bordo, dotado de dos quirófanos y 24 camas, siendo ampliable hasta alcanzar la capacidad de poder atender a un centenar de pacientes ya que, desde la experiencia adquirida durante la Segunda Guerra Mundial (recordemos los duros desembarcos de Iwo-Jima, Tarawa, Guadalcanal o Normandia) se tiene muy en cuenta que en el desarrollo de las operaciones anfibias se pueden producir muchas bajas en combate, por lo que se hace conveniente el disponer de una adecuada asistancia sanitaria embarcada para atender a las posibles bajas producidas en combate. Estas instalaciones hospitalarias, en tiempo de paz, son aptas para apoyar operaciones de asistencia a la población civil y prestar ayuda humanitaria en caso de crisis o catástrofes naturales.

El buque anfibio USS Mesa Verde (LPD-19) de la Marina estadounidense, junto a los elementos embarcados de la 26 MEU (SOC) que lleva a bordo, permanecerá atracado varios días en el Puerto de Cartagena para llevar a cabo labores de mantenimiento correctivo y preventivo de medio despliegue (denominado con las siglas MDVR) que no se pueden realizar en la mar, reaprovisionamiento de víveres, pertrechos y combustible y descanso de su dotación (que lleva desplegada desde julio) antes de partir hacia el Mediterráneo Central, donde tiene previsto unirse al ejercicio Neptune Strike 23 organizado por la OTAN y en el que también está previsto que participen unidades anfibias españolas.
Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)

CARACTERISTICAS
Astillero: Northrop Grumman Ship Systems
Entrada en servicio: 2007
Desplazamiento: 25.300 toneladas
Eslora: 208,5 m.
Manga: 31,9 m.
Calado: 7 m.
Propulsión: 4 motores Colt-Pielstick
Potencia: 41.600 cv
Velocidad de crucero: 13,5 nudos
Velocidad máxima: 22 nudos
Dotación: 370 marineros
Fuerza embarcada: 700 marines
Armamento:
• 2 x Mk-31 RAM (42 misiles)
• 2 x MK-46 de 30 mm.
• 4 x QCB M2 de 12,70 mm
Electrónica:
• 1 radar SPS-48E
• 1 sistema SLQ-25A
• 2 sistemas AN/SLQ-32A(V2)
• 4 sistemas AN/SLQ-49
MMSI: 369970397
IMO: 278528
Callsign: NMVD


ForoNaval© 05/10/2023
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Prohibida su reproducción total o parcial sin permiso o mención a sus autores.
