¿Os suena este poema?
«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie más que pudiera protestar.»
Estos versos, muchas veces atribuidos a Bertolt Brecht, en realidad son de Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984), Oberleutnant zur See, comandante del submarino UC-67 en el Adriático con seis hundimientos (15 Jun 1918-29 Nov 1918) y de un batallón en el Ruhr durante la posguerra. Niemöller afirmaba” que no se trataba originalmente de un poema, sino del sermón ¿Qué hubiera dicho Jesucristo?”, pronunciado en la Semana Santa de 1946 en Kaiserslautern (Renania-Palatinado, Alemania).
Martin Niemöller estudió Teología (1919 -1923) en Münster; pastor luterano, apoyó inicialmente a los nazis y su política antisemita, anticomunista y ultranacionalista…
Sin embargo, ante la nazificación de la Iglesia Luterana, reaccionó fundando el movimiento de la Iglesia Confesante (Bekennende Kirche), un grupo religioso opositor. Arrestado el 1 de julio de 1937, juzgado y condenado, fue liberado al sobrepasar su prisión preventiva la condena, sólo para volver a ser arrestado por la Gestapo de Heinrich Himmler, posiblemente instigado por Rudolf Hess, e internado en los campos de concentración de Sachsenhausen y de Dachau desde 1938 hasta 1945.
Liberado al final de la guerra, se incorporó al movimiento pacifista, llegando a ser presidente del Consejo Mundial de Iglesias en 1961, tras haber promovido la Declaración de Culpabilidad de Stuttgart, firmada por diversos líderes del protestantismo alemán, en la que se reconocía que las iglesias no habían hecho lo suficiente para combatir el nazismo.
Su ex compañero de celda Leo Stein, quien fue liberado de Sachsenhausen para luego viajar a América, escribió un artículo acerca de Niemöller para el National Jewish Monthly en 1942. Stein cuenta que tras perguntarle a Niemöller por qué había apoyado al Partido Nazi inicialmente, Niemöller contestó:
“Yo también me he hecho esa pregunta. Me lo he preguntado tantas veces como lo he lamentado. Además, es cierto que Hitler me traicionó. Tuve una audiencia con él, como representante de la Iglesia Protestante, justo antes de que fuera Canciller, en 1932. Hitler me prometió por su palabra de honor, proteger a la Iglesia y no promulgar leyes antieclesiásticas. También accedió a no permitir linchamientos (pogromos) contra los judíos, asegurándome lo siguiente: «Habrá restricciones para los judíos, pero no habrá guetos ni linchamientos en Alemania.
Yo también creía firmemente, dado el antisemitismo difundido en Alemania en esa época, que los judíos tenían que renunciar a obtener puestos de Gobierno o escaños en el Reichstag. Había muchos judíos, especialmente entre los sionistas, que tenían un punto de vista similar.
La promesa de Hitler me satisfizo en esa época. Por otra parte, yo odiaba el creciente movimiento ateo, apoyado y mantenido por socialdemócratas y comunistas. Su hostilidad hacia la Iglesia hizo mantener mis esperanzas en Hitler por una temporada. Ahora estoy pagando ese error; y no solo yo, también otros miles de personas como yo.”
Desde ese puesto desempeñó un papel importante en la denuncia contra las guerras desatadas por el imperialismo, al punto de visitar en 1965 Vietnam del Norte para reunirse con Ho Chi Minh.
José Antonio Guerrero (JAG)
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