EL SUPERYATE OCTOPUS DE PAUL ALLEN

UN YATE DE PELÍCULA

Seguramente en algún momento todos hemos visto la entretenida película “Sáhara” del director Breck Eiser, basada en un libro del afamado escritor Clive Cussler, e interpretada por Penélope Cruz y Matthew Mc Conaughey, donde una sociedad filantrópica dispone de un gran yate equipado con alta tecnología para la investigación oceanográfica, biológica y arqueológica. Con este yate los protagonistas del filme buscan un antiguo “ironclad” confederado de la Guerra Civil Americana perdido en África con un tesoro, que acaba derivando en una crisis sanitaria a causa del descubrimiento de una peligrosa bacteria en el agua que pone en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pues bien, poca gente sospecha que el yate de investigación de esa película se inspira directamente en la historia de un yate que realmente existe. Se trata del M/Y Octopus.

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El M/Y OCTOPUS atracado en el muelle Nº2 del Puerto de Málaga durante un descanso de su tripulación y para reaprovisionamiento de víveres y combustible.  (Foto: Juan C. Ortiz)

EL M/Y OCTOPUS

Con un nombre que bien podría evocar a una película de James Bond 007, desde luego el superyate Octopus no desentonaría para nada con dicha temática, ya que va equipado con toda clase de artilugios y equipos de investigación y detección científica, llegando a contar a bordo incluso con un mini-submarino, dos helicópteros y un ROV para ayudar en las campañas de investigación que realiza este gran barco por los siete mares.

Botado en el año 2003, el yate Octopus fue construido por el astillero alemán Lürsen (en Bremen) con asistencia de HDW (en Kiel), siendo hasta el año 2009 el mayor superyate del mundo que no era propiedad de un jefe de Estado, puesto que posee  más de 126 metros de eslora, una manga de 21 metros y un precio de construcción de alrededor de 250 millones de dólares estadounidenses.

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El superyate OCTOPUS ha visitado en varias ocasiones el Puerto de Málaga, considerándose esta como una de sus bases habituales. (Foto: Juan C. Ortiz)

Como buen super-yate de lujo que se precie, en su diseño y construcción no se escatimó en nada. Su exterior fue diseñado por el ingeniero naútico Espen Øino, de los paises nórdicos, que entre otras cosas decidió pintar su característico casco de acero en color azul y su superestructura en blanco, siendo su interior diseñado por Jonathan Quinn Barnett, de Seattle, que diseñó la habitabilidad de las diferentes cámaras y zonas de vida común , que fueron decoradas con suntuosos muebles de madera tropical y cuero de la mayor calidad para el disfrute de su propietario e invitados, que pueden llegar hasta las 26 personas, siendo el barco operado por una tripulación de 56 profesionales. También dispone de toda clase de comodidades y diversiones, como piscina, Spa, motos de agua, bar, biblioteca, sala de cine y proyecciones, gimnasio, sala de reuniones, cancha de baloncesto, equipos de buceo, etc.

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El M/Y OCTOPUS visto desde el muelle Nº1 del Puerto de Málaga. Pueden observarse los domos que contienen los radares y antenas de navegación, exploración, comunicaciones satelitales, etc. (Foto: Juan C. Ortiz)

Pero lo más llamativo de este superyate es la disposición de dos tomas para helicópteros (un helipad a popa y otro helipad a proa) junto a un gran hangar doble que permite la sostenibilidad de operaciones aéreas. En su interior dispone también de un enorme dique, con salida al mar por una articulación en la popa, capacitado para operar y mantener tanto su lancha tender como dos minisubmarinos (uno tripulado y otro tipo ROV manejado por control remoto para operar en grandes profundiades). Hay que señalar que el barco dispone de varias cámaras habilitadas como laboratorios para apoyar la investigación científica, así como distintas herramientas de alta tecnología, como un sónar remolcable y otro de barrido lateral para rastrear el fondo marino, cestas de recogida de muestras a gran profundidad, y en superficie, antenas de comunicaciones y enlaces por satélite, radares y ayudas a la navegación, etc.

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Unos miembros de la tripulación del M/Y OCTOPUS juegan al baloncesto en el helipad de popa mientras el barco descansa en el Puerto de Málaga. La canasta es abatible para no molestar a las maniobras de entrada y salida de los helicópteros en el hangar (Foto: Juan C. Ortiz)

El superyate Octopus está propulsado por ocho motores Diesel acoplados a dos hélices que consiguen una potencia cercana a los 19,200 Cv, con los que el superyate puede obtener una velocidad punta de más de 20 nudos, si bien su velocidad normal de crucero ronda los 17 nudos.

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El M/Y OCTOPUS lleva bandera de las Islas Caimán, portando en su popa el nombre del barco y el puerto de registro inscritos en su popa, que es abatible para permitir el acceso y salida del los minisubmarinos y su lancha tender. (Foto: Juan C. Ortiz)

 UN YATE CON UN HISTORIAL ÚNICO

Pero lo que hace especial a este gran yate no es tanto el lujo que posee a bordo como las misiones que realiza, ya que aunque el Octopus es un buque privado, se presta regularmente para proyectos de exploración, iniciativas de investigación científica, arqueológica y misiones de rescate marítimo. Por ejemplo se comenta que ha colaborado en algunas ocasiones con la Armada española investigando y catalogando el patrimonio histórico nacional sumergido, que es inmenso, para lo cual utilizó el puerto de Málaga en varias ocasiones como base de descanso, abastecimiento de víveres y aprovisionamiento de combustible.

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Dique interior del superyate OCTOPUS, donde se guardan la lancha Tender y el minisubmarino tripulado de exploración (Foto: Paul G. Allen)

Precisamente en esta clase de misiones de investigación científica es donde más ha destacado el Octopus, que saltó a la fama en marzo del año 2015 al anunciar que había descubierto el pecio del mastodóntico acorazado japonés Musashi, gemelo del famosísimo Yamato, en el mar de Sibuyan (Islas Filipinas), estando hundido a más de 1.000 metros de profundidad, tras ser atacado por aviones de la US Navy durante la última fase de la campaña del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial. El descubrimiento se produjo tras ocho años de búsqueda, apoyada a nivel documental por Japón, Estados Unidos, Reino Unido y Filipinas.

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Vista de una operación de botadura, desde el dique interior del superyate OCTOPUS, de su mini-submarino de exploración tripulado (Foto: Paul G. Allen)

En agosto de 2017 se anunció desde el Octopus a los medios la localización de los restos del naufragio del crucero USS Indianapolis, también el mar de Filipinas, sumergido a 5.500 metros bajo el mar. Este crucero estadounidense fue famoso por ser el encargado de transportar la bomba atómica «Little Boy» que más tarde sería arrojada sobre Hiroshima para obligar la rendición del Japón, y que fue hundido en su viaje de regreso al ser atacado por el submarino nipón -58, tras lo cual los supervivientes del barco de guerra estadounidense padecieron un auténtico calvario al sufrir deshidratación, insolación y el ataque de los feroces tiburones mientras flotaban a la deriva en unos pocos botes salvavidas.

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El mini-submarino ROV manejado por control remoto desde el superyate OCTOPUS. Al ser capaz de funcionar a grandes profundidades se usó, por ejemplo, para rescatar la campana del crucero británico HMS Hood, hundido por el Bismarck. (Foto: Paul G. Allen)

Por otra parte se sabe que el superyate Octopus fue cedido a la Royal Navy en el año 2012 para ayudar a localizar el pecio del crucero HMS Hood, hundido en un duelo artillero con el acorazado alemán Bismarck en la batalla del Estrecho de Dinamarca, ocurrida en el año 1941 y que supuso uno de los momentos más traumáticos para Gran Bretaña durante la primera mitad de la Segunda Guerra Mundial. Tras localizarse los restos del naufragio a 2.700 metros de profundidad, se procedió a la recuperación de la campana de bronce del famoso crucero británico mediante la utilización de un submarino (ROV) manejado por control remoto desde el Octopus. Actualmente dicha campana está expuesta en el museo de la Royal Navy en Portsmouth.

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El mini-submarino ROV del superyate OCTOPUS durante la operación de rescate de la campana de bronce del crucero británico HMS Hood, hundido por el acorazado alemán Bismarck (Foto: Paul G. Allen)

Igualmente se conoce que el superyate Octopus ha ayudado a la US Navy en la búsqueda de un piloto estadounidense y dos oficiales cuyo avión desapareció en el archipiélago de Palau (en el océano Pacífico) así como que el barco se ha prestado a universidades británicas y estadounidenses en proyectos biológicos y oceanográficos, como por ejemplo la búsqueda del pez celacanto, que se trata de un «fósil viviente» que se creía extinto.

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Uno de los dos grandes botes salvavidas con que cuenta el M/Y OCTOPUS, que en caso de necesidad puede albergar 50 PAX (Foto: Juan C. Ortiz)

Una anécdota peligrosa en el historial del Octopus fue la que sufrió uno de los helicópteros con los que opera el superyate, cuando se vio obligado a realizar una maniobra de emergencia en las aguas de la costa del sur de Argentina, mientras se dirigía a la Antártida en enero de 2011 para realizar una misión de investigación oceanográfica. Aunque el helicóptero sufrió daños severos, la fortuna y la pericia del piloto hizo que no hubiera que lamentar la pérdida de ninguna vida.

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Sala de información, comando y control del buque de exploración y rescate PETREL.  El Octopus dispone de una sala similar para controlar y manejar el mini-submarino ROV a gran profundidad, así como para interactuar con sus helicópteros, mini-submarino tripulado, tender y lanchas de apoyo en las operaciones que realicen, centralizandose así todos los datos e información de cara a la toma de decisiones. (Foto: Paul G. Allen)

Por último merece la pena destacar que el Octopus ha colaborado con la empresa Google Earth para el proyecto «Explore the Ocean” que pretende sondar, cartografiar y documentar el lecho de los mares del planeta. También es digno de meción que Jagger y Dave Steward llegaron a grabar un disco a bordo y que el grupo irlandés U2 hizo la presentación de un álbum también en el Octopus.

EL PROPIETARIO DEL OCTOPUS

El dueño de tan magnífica embarcación es el famoso empresario estadounidense y magnate de los negocios Paul Allen, muy conocido por su buen «olfato» para las inversiones y sobre todo por su gran labor como mecenas de las ciencias y la historia. Precisamente junto a su amigo Bill Gates fundaron en 1975 la reconocida empresa Microsoft. Ocho años más tarde dimitió de su cargo en Microsoft cuando le diagnosticaron la enfermedad de Hodgkin, que logró vencer tras muchos meses de duro tratamiento de radioterapia y un transplante de médula ósea. Cuando volvió a sentirse fuerte físicamente volvió a Microsoft en 1990.

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Dentro de las actividades filantrópicas de Paul Allen están el mecenazgo a museos y el patrocinio para obras de restauración de aviones antiguos e históricos en los Estados Unidos y en Europa.  (Foto: The New York Times)

Durante su dura enfermedad, Paul Allen estuvo meditando profundamente sobre la vida, así que cuando la pudo superar, decidió desarrollar una gran actividad filantrópica que en seguida unió a su pasión por la mar y los barcos, lo que hizo que a lo largo de los años creara una pequeña flotilla compuesta por el buque de investigación profunda RV Petrel de 76,45 metros de eslora, el yate Tatoosh de 92 metros de eslora, y el protagonista de este artículo, el superyate Octopus, de 126 metros. Todos ellos se han dedicado a ampliar los conocimientos del hombre en el entorno marino, tanto a nivel oceanográfico y científico como histórico y arqueológico.

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El OCTOPUS navegando junto al TATOOSCH. Ambos yates forman parte de la flotilla de Paul Allen junto al buque de investigación RV PETREL y son visitantes habituales del puerto de Málaga. (Foto: Frank Woll)

Precísamente a principios de este mes de marzo del presente año ha aparecido la noticia de que Paul Allen acaba de encontrar con el RV Petrel el naufragio del portaaviones estadounidense USS Lexington, reposando a más de 3.000 metros de profundidad tras ser atacado y hundido por la Marina Imperial japonesa el 8 de mayo de 1942 en el transcurso de la batalla del Mar del Coral durante la Segunda Guerra Mundial, y que ha sorprendido a los investigadores por encontrarse en un magnífico estado de conservación, casi como si fuera una cápsula del tiempo, ya que incluso sigue conteniendo algunos aviones, con insignias de la US Navy, estibados dentro del hangar y sobre su cubierta de vuelo.

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Instantanea tomada desde el mini-submarino ROV del buque PEPTREL, propiedad de Paul Allen, mostrando un avión de la US Navy estibado en el portaaviones USS Lexington. El superyate OCTOPUS dispone de uno similar para operaciones a gran profundidad (Foto: Paul G. Allen)

También a finales de este mes de marzo del presente año Paul Allen ha vuelto a anunciar otro espectacular y sorprendente descubrimiento, al encontrar el naufragio del crucero estadounidense USS Juneau, famoso por ser hundido en combate contra la flota imperial japonesa con los cinco hermanos Sullivan a bordo, durante la campaña del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial y que dejó conmocionada a la nación americana. Cabe destacar que tras este suceso la US Navy prohibió que se embarcaran en el mismo navio más de dos miembros de la misma familia.

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Fotografía obtenida con el mini-submarino ROV del PETREL de Paul Allen de una de las hélices del crucero estadounidense USS Juneau de los hermanos Sullivan. El superyate OCTOPUS dispone de medios de exploración submarinas similares (Foto: Paul G. Allen)

Iguálmente se ha llegado a rumorear que, con su flotilla de barcos, Paul Allen ha tratado de buscar vida extraterrestre, gracias a los magníficos equipos de investigación científica que poseen dichas naves instalados a bordo. De hecho Paul Allen está tan interesado en el espacio exterior que se sabe que es el único inversor de la nave espacial suborbital SpaceShipOne, de la empresa aeronáutic Burt Rutan ‘s Scaled Composites, que alcanzó en octubre del año 2004 una altitud 115.090 metros, estando considerado como el primer gran éxito para poner de manera comercial a un hombre en el espacio, ganando por ello el Premio Ansari X, por el cual recibió una gratificación de 10 millones de dólares. En diciembre de 2011 Paul Allen anunció la creación del sistema de lanzamiento orbital comercial Stratoulaunch, consistente en una aeronave dotada de seis motores a reacción que actuaría a modo de transbordador espacial para colocar cohetes y satélites civiles en el espacio geoestacionario.

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El buque de exploración y rescate R/V PETREL de Paul Allen, con la pintura del casco y la superestructura manteniendo la misma linea corporativa del superyate M/Y OCTOPUS (Foto: Paul G. Allen)

Paul Allen, que a fecha del artículo está recibiendo tratamiento para luchar contra el linfoma no-Hodgkin, declaró que cuando muera dedicará la mayor parte de su fortuna a la filantropía, con la idea de seguir fomentando la investigación de las ciencias naturales oceanográficas y la historia del hombre en la mar, a modo de herencia o legado al mundo. La actual fortuna de Paul Allen se estima en unos 17.500 millones de dólares, de los que 5.000 están constituidas por acciones de Microsoft.

ANEXO SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL DEL OCTOPUS

Paul Allen falleció el 15 de octubre del 2018 tras no poder vencer la batalla a la enfermedad que arrastraba desde hace tantos años. Tras su desaparición, la Fundación Paul Allen tiene a la venta el superyate Octopus, que a la espera de un comprador, se estima en un precio de 290 millones de dólares. Con su muerte, el mundo ha perdido a un gran mecenas de las artes y las ciencias

Antes de morir, Paul Allen llegó a decir de su barco que «El Octopus ha llevado a cabo cada misión que tenía en mente para él».

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Por su aspecto de superyate, pocos imaginan que el Octopus por dentro lleva un equipamiemto científico digno del mejor buque oceanográfico o hidrográfico de cualquier marina profesional de Estado (Foto: Juan C. Ortiz)

CARACTERÍSTICAS:

Botado: 2003
Astillero: Lürssen (Alemania)
Operador: Paul Allen

Eslora: 126,2 m
Manga: 21 m
Calado: 5,66 m

Propulsión: 8 motores diésel acoplados a 2 hélices
Potencia: 19 200 CV

Velocidad Máxima: 20 nudos (37 km/h)
Velocidad de Crucero: 17 nudos (31 km/h)

Tripulación: 56
Capacidad: 26 invitados

Puerto de registro y bandera: Islas Caimán (KY)
IMO: 1007213
MMSI: 319866000
Código de llamada: ZCIS

Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)

 

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3 Respuestas a “EL SUPERYATE OCTOPUS DE PAUL ALLEN

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