BAM-IS El futuro del salvamento y rescate submarino en la Armada Española

LA SITUACIÓN ACTUAL DE SALVAMENTO SUBMARINO EN LA ARMADA

Con la la puesta a flote del primer submarino S-80 de la clase Isaac Peral y el comienzo de su periodo de pruebas (primero en puerto y luego en la mar) se ha puesto de evidencia que la Armada Española no dispone en estos momentos de medios modernos de intervención submarina para realizar operaciones de búsqueda, salvamento y rescate bajo el agua, contando solamente con el muy veterano Buque de Salvamento Neptuno (A-20) que aunque sigue prestando unos muy buenos servicios, ya va pidiendo el relevo por un buque de nueva generación con mayores capacidades y prestaciones mejoradas.

El buque de salvamento y rescate A-20 Neptuno navegando en aguas de Cartagena junto al submarino S-73 Mistral durante el ejercicio Cartago-2019, justo antes de la pandemia por coronavirus (FOTO: Armada Española)

Sobre el A-20 Neptuno hay que contar que en origen fue un buque llamado Amapola, construido en Gijón en 1988 como un remolcador de altura civil junto a su buque gemelo Amatista, con la misión de remolcar y aprovisionar a plataformas petrolíferas de empresas civiles del sector, siendo adquirida la pareja por la Armada Española en 1989, adaptando al Amatista como Remolcador de Flota con el nombre de A-101 Mar Rojo y al Amapola como Buque Nodriza de Submarinos con el nombre de A-20 Neptuno, preparándolo con equipamiento específico para servir de buque de apoyo y rescate submarino, estando capacitado también como buque de apoyo a los buceadores y a los medios de medidas contraminas.

El A-20 Neptuno ha participado en estos años en todo tipo de intervenciones submarinas, destacando los ejercicios de rescate submarino “Cartago” y las intervenciones reales, como cuando localizó los restos de un caza AV-8B Harrier II de la Flotilla de Aeronaves accidentado en 1998, el salvamento de un C-101 Aviojet de la Academia General del Aire accidentado en el Mar Menor en 2019 y el salvamento posterior del buque M-34 Turia que encalló accidentalmente durante las tareas de rescate, sirviendo también como centro de coordinación y mando de las operaciones de reflotamiento y remolque.

Pero los años no pasan en balde, y en el A-20 Neptuno se echan de menos algunas prestaciones y capacidades que son irrenunciables en la actualidad, como el disponer de una cubierta de vuelo para poder operar con helicópteros (ya sea evacuaciones sanitarias MEDEVAC u operaciones VERTREP de aprovisionamiento vertical) o la necesidad de tener un sistema de posicionamiento dinámico para permanecer fino sobre un punto concreto en la mar para poder suministrar oxigeno, agua dulce, alimentos y energía a un submarino hundido mientras se efectúan las maniobras de salvamento y rescate subacuático. Precisamente estas carencias son las que más afectan al A.20 Neptuno, que no dispone de helipad para operar con helicópteros y que tendría que fondear sus cuatro anclas, fojándolas en el fondo marino, para fijar su posición, siempre y cuando el estado de la mar sea no sea malo y el lecho marino no supere los 50 o 60 metros de profundidad.

LA NECESIDAD DE UN BUQUE DE ACCIÓN MARÍTIMA DE INTERVENCIÓN SUBMARINA (BAM-IS)

Con la llegada de los nuevos submarinos de la clase Isaac Peral capaces de operar con normalidad a 350 metros de inmersión (aunque se sospecha que pueden descender a mayores profundidades, si bien este dato es un secreto militar) y con un costo de casi cuatro mil millones de euros, llama la poderosamente la atención que España no disponga aún de un buque moderno de intervención submarina que esté acorde con las prestaciones y capacidades de los nuevos submarinos S-80+, sobre todo si tenemos en mente que la primera unidad, el S-81 Isaac Peral, está ya comenzando su fase inicial de pruebas, que es cuando más necesidad existe de un buque de apoyo.

Interpretación artística del futuro BAM-IS navegando con un submarino S-80+ de la clase Isaac Peral durante un ejercicio Cartago en el futuro próximo, obra del artista gráfico Txema Prada. Ya se está especulando con el futuro nombre del BAM-IS, que podría llamarse A-21 Ariete Carnota en homenaje a los salvadores del naufragio del destructor D-36 Ariete en 1966 (FOTO: Foro Naval)

Aunque ya hemos visto que la Armada dispone del A-20 Neptuno, equipado con robots submarinos, gruas y plumas de carga y cámara hiperbárica para tratar a los buceadores de rescate accidentados o la dotación de un submarino rescatado, lo cierto y verdad es que ya arrastra muchos años de servicio y se necesita de un buque moderno que responda a las necesidades actuales y futuras, en consonancia y coherencia con los nuevos submarinos S-80+ a los que debe de prestar apoyo y asistencia.

Con esta finalidad, y dentro del programa BAM (Buques de Acción Marítima) el astillero Navantia presentó una serie de modelos de buques que, con una plataforma común, podían adaptarse a una serie de misiones especíalizadas, destacando, además de la versión de patrullero oceánico de la que ya hay seis unidades construidas, una versión BAM-ELINT para sustituir al muy veterano buque A-111 Alerta de recolección de inteligencia electrónica, otra versión BAM-BIO de cara a sustituir al A-52 Hespérides cuando llegue al final de su vida operativa, y otra versión específica para actuar en intervenciones submarinas, conocido como BAM-IS para sustituir al A-20 Neptuno.

El buque de salvamento y rescate A-20 Poseidón durante el ejercicio Cartago 2019 navegando junto al submarino S-73 Mistral, retratados por el artista gráfico Txema Prada (FOTO: Foro Naval)

Desgraciadamente la estrechez presupuestaria que sufre el Ministerio de Defensa, como consecuencia de la crisis económica y la situación actual de pandemia de coronavirus, ha ido retrasando la orden de ejecución por los astilleros Navantia, lo que ha creado momentos de tensión entre los trabajadores de Puerto Real, puesto que la construcción del esperado BAM-IS, cuyo coste tope (incluyendo construcción, equipamiento y posibles modificaciones) asciende a los 200 millones de Euros, supone un revulsivo económico para la zona, ya que contribuirá al mantenimiento y creación del empleo estable y de calidad en la industria auxiliar gaditana, dando trabajo a más de mil empleados directos e indirectos del sector naval durante al menos tres años.

LAS CAPACIDADES DEL NUEVO BAM DE INTERVENCIÓN SUBACUÁTICA

Con un desplazamiento estimado de unas 5.000 toneladas, una eslora de 84,6 metros, una manga de 18 metros y otros cinco metros de calado, el futuro BAM-IS superará con creces las dimensiones del A-20 Neptuno, contando en su amplia popa con una superficie de 500 m² que le permitirá estibar diferentes contenedores y equipamientos portátiles para sustentar las operaciones de intervención submarina y buceo gracias a su concepto de filosofía modular.

Precisamente gracias a este aumento de espacio para trabajar y estibar equipos de manera modular, el nuevo BAM-IS dispondrá de mayores capacidades para albergar instrumentos que ayuden a mejorar la eficacia y la seguridad de sus actuaciones a profundidades mucho mayores que las que permite el A-20 Neptuno hasta ahora, esperando poder superar los 600 metros de profundidad en las operaciones de intervención submarina.

Vista por el través de estribor de la popa del futuro BAM-IS mostrando su cubierta de vuelo situado en el castillo, así como su grua de 50 toneladas de capacidad montada en la toldilla y la grua de pórtico LARS de la popa para trabajar con bastiscafos del tipo SRDRS usados por la US Navy y del tipo NSRS normalizados por la OTAN (FOTO: Navantia)

Sobre el equipamiento anunciado, el Astillero Navantia y la Armada Española tuvieron muy en cuenta los consejos y opiniones del Capitán de Navío Ricardo Ribera (conocido ampliamente entre los oficiales de la Armada por el apelativo cariñoso del «Chino Rivera»), experto tecnólogo de buceo de reconocido prestigio y antiguo comandante del A-20 Neptuno, que ha influido para que se intente dotar al nuevo BAM-IS de una serie de capacidades, como la de trabajar con dos vehículos submarinos de altas capacidades del tipo ROV (Remotely Operated Vehicle) de diferentes tamaños y prestaciones, que podrán ser operados de forma remota a través de conexión segura por cable umbilical, siendo el de menor tamaño para tareas de exploración y observación hasta los 2.000 metros de profundidad mientras que el modelo de mayor tamaño podrá sumergirse hasta los 3.000 metros de profundidad.

Ambos ROV deberían poder actuar más allá de la cota de colapso de un posible submarino sinisestrado. Tambien irán dotados de cámaras de vídeo, especialmente adaptadas al entorno subacuático de presión y oscuridad, y brazos articulados dotados de diferentes elementos de manejo y corte para realizar trabajos bajo el agua, como por ejemplo para poder eliminar posibles obstáculos o restos y poder colocar una manguera de oxigeno a un submarino siniestrado (pero sin aumentar la presion interior del submarino, por lo que el BAM-IS irá dotado de un sistema automatizado de aire de socorro) o conectar un cable para proporcionar energía, lo que sirve para incrementar las posibilidades de supervivencia de una dotación en apuros.

Ejercicio de escape libre desde el submarino S-82 Siroco en aguas de Cartagena con un traje SEIE Nemrod. Esta maniobra de autorescate se produciría como último recurso para los submarinistas (FOTO: Armada Española)

Para aumentar las prestaciones de búsqueda y exploración submarina, es probable que el nuevo BAM-IS pueda llevar instalado un moderno sonar remolcado de barrido lateral junto con un sistema de dos ecosondas (una monohaz y otra multihaz) para localizar y ubicar con precisión objetos sumergidos, siendo capaces estos sistemas de representar formas y estados de los mismos. También se ha previsto que pueda contar con dos teléfonos submarinos.

Otra novedad del BAM-IS que nos ha explicado el Capitán de Navío Ricardo Ribera será que contará con la capacidad certificada para poder operar con batiscafos del tipo SRDRS empleado por la US Navy y del modelo NSRS normalizado por la OTAN. Estos “minisubmarinos” tripulados son capaces de operar a grandes profundidades y están diseñados para poder acoplarse a las esclusas de submarinos que estén posados en el fondo marino, ya sea para realizar operaciones especiales, ya sea para permitir operaciones de evacuación y rescate. Esta capacidad estaba hasta ahora fuera del alcance de nuestra Armada, ya que el A-20 Neptuno no puede actuar como buque nodriza para estos batiscafos. Para ello el nuevo BAM-IS irá equipado con una grua pórtico LARS en la popa y una potente grúa del tipo pluma capaz de trabajar con pesos del orden de las 50 toneladas, lo que superará con creces las 5 toneladas de límite que tiene el actual buque de salvamento A-20 Neptuno.

El buque de salvamento y rescate A-20 Neptuno navegando con el submarino S-73 Mistral durante el ejercicio Cartago-2019, justo antes de la pandemia (FOTO: Armada Española)

El Capitán de Navío Ricardo Ribera también nos ha explicado que se ha previsto que el BAM-IS pueda llevar un par de cámaras hiperbáricas para poder tratar a los buceadores que las puedan necesitar en caso de accidentes por descompresión, o para atender a los posibles submarinistas que hayan sido rescatados a gran profundidad o realizado una maniobra de escape libre con traje SEIE (Submarine Scape Inmersion Equipement) en caso de que su submarino haya sufrido un posible siniestro. Igualmente el nuevo buque podría ir dotado de una campana húmeda (posiblemente del tipo «torreta cerrada») para la actuación de los buceadores, que servirá de ascensor submarino para sumergir o emerger a uno o dos buzos hasta los 50 metros con equipos autónomos convencionales y hasta los 90 metros de profundidad cuando actúen con los pesados trajes normobáricos especiales, del tipo CRABE, dotados de escafandra y recirculación de gases para poder operar en condiciones de buceo de saturacion.

Una de las nuevas prestaciones que el Capitán de Navío Ricardo Ribera ha indicado para dotar al BAM-IS es la que ya se ha indicado con anterioridad, que sería la capacidad de posicionamiento dinámico fijo (siendo deseable la DSP2) sobre una posición concreta de manera continuada sin necesidad de recurrir al fondeo, como ocurre en la actualidad con el A-20 Neptuno, que debe fondear sus cuatro anclas. Gracias a un nuevo software informático que trabajará en consonancia con el posicionamiento satelital, permitirá al BAM-IS maniobrar con agilidad, precisión y seguridad en aguas confinadas y estacionarse sobre la mar en una posición predeterminada sin tener que depender de la longitud de la cadena del ancla, sino de las hélices que irán instaladas transversalmente en el casco y que le permitirán mantener la posición encima de un punto fijo y concreto de la mar sin que necesite fondear, como ocurría hasta ahora, pudiendo por tanto poder intervenir a mayores profundidades de las que podía el A-20 Neptuno hasta ahora, e incluso en condiciones donde fondear resultaba imposible y casi sin importar el estado de la mar, siempre que no supere los estados 5 o 6 de fuerza. Este punto resultará de vital importancia en caso de que se deba conectar y operar una manguera para suministrar constantemente oxígeno, víveres o energía a un posible submarino siniestrado o que esté posado en el fondo con problemas.

Capacidades y medios de intervención subacuática del buque de salvamento y rescate A-20 Neptuno. El futuro BAM-IS deberá superar con creces estas características de intervención submarina (FOTO: Armada Española)

Además de para apoyar a los submarinos de la Armada, el nuevo BAM-IS deberá servir también de base al entrenamiento y operaciones de los buceadores de la Armada, incluidos los miembros de la Fuerza de Guerra Naval especial. Igualmente se ha hablado de que pueda servir de apoyo a los Buques de Medidas Contra-Minas. Por otra parte también se espera que pueda participar en todo tipo de operativos de rescate y salvamento marítimo en los que se pueda requerir su presencia, e incluso se ha pedido que sea capaz de localizar, balizar, vigilar y proteger el patrimonio nacional sumergido, como el de los pecios de los buques antiguos que puedan ser objeto de la depredación, como ocurrió con el caso Odyssey y el saqueo del tesoro de la fragata Nuestra Señora de Las Mercedes en 2007, o la localización de los restos del crucero Reina Regente gracias al ofrecimiento a la Armada Española del filántropo Paul Allen, que puso su superyate de exploración Octopus a disposición de esta búsqueda, tal y como nos contó el Capitán de navío Luis Mollá, antiguo comandante del Buque de Salvamento A-12 Poseidón.

El nuevo BAM-IS no estará disponible para cuando empiecen las pruebas de mar del submarino S-81 Isaac Peral, primero de la clase S-80+, a finales de este mismo año, por lo que ya se está hablando de recurrir a la ayuda de los países aliados de la OTAN para que presten el necesario apoyo durante esta fase de la puesta a punto del submarino español, si bien es de esperar que para el segundo S-80+, el S-82 Narciso Monturiol, ya se pueda contar con su participación. No obstante es de suponer que una de las ventajas de recurrir a la solidaridad de los aliados pidiendo prestado un buque de intervención submarina similar al que se comenzará a fabricar en España, es que la Armada podrá ver de cerca cómo lo operan los marinos de los países amigos, lo que sin duda servirá también para comparar o aprender nuevos métodos que se podrán aplicar en el BAM-IS cuando entre en servicio.

Vista por el través de estribor de la popa del futuro BAM-IS mostrando su amplia toldilla modular y su potente grua de 50 toneladas de capacidad (FOTO: Navantia)

Respecto a la cubierta de vuelo, llama la atención que irá instalada en el castillo de proa, muy despejada y por delante del puente en vez de la habitual posición de la toldilla, como ocurre con los demás BAM del tipo patrullero P-40 de la clase Meteoro, que lo llevan situado en la popa al estilo de las fragatas, lo que recuerda un poco a los buques civiles del tipo Off-Shore más recientes. También llama la atención que el desplazamiento y la eslora serán diferentes de la de los BAM del modelo patrullero P-40 Meteoro, ya que se pasan de las 2.670 toneladas a plena carga a las 5.000 toneladas. La eslora también se verá recortada puesto que se pasa de los 93,9 metros a los 84,6 metros, ganando espacio en la manga, al pasar de los 14,2 metros a los 18 metros. Estos datos nos hacen suponer que el nuevo BAM-IS se alejará de la comunidad respecto a la plataforma de los demás buques del programa BAM, puesto que su casco no guarda similitudes en ningún aspecto, tal y como hemos visto en este apartado. Sin embargo parece que el modelo de propulsión escogido será del mismo tipo, basado en el sistema CODOE (Combined Diésel Or Electric) combinando motores y generadores diésel con motores eléctricos, lo que le proporcionaran una velocidad máxima de 15 nudos, inferior a los 20,1 nudos de los BAM del tipo patrulleros.

Sobre su dotación, se estima que la compondrán unos 48 tripulantes, siendo ampliable hasta los 80 cuando necesite ser reforzada en ejercicios de adiestramiento, operaciones de rescate o misiones especiales. Se espera que la autonomía operativa del BAM-IS en la mar pueda llegar hasta los 25 días sin tener que ir a puerto para reaprovisionarse. Respecto al equipamiento específico de carácter militar, no hay aún confirmación sobre si llevará instalado el sistema de combate de buques de la Armada (SCOMBA) o el Sistema de Control de Plataforma (SICP) que si llevan los BAM del modelo patrullero P-40 de la clase Meteoro, siendo esta una decisión que puede repercutir en el precio e incluso en el diseño final del buque.

ALGUNOS PRECEDENTES Y CONSIDERACIONES FINALES

España siempre ha tratado de mantener unos medios navales equilibrados en cuanto a capacidades y funciones, siendo un buen ejemplo de ello la evolución del Arma Submarina y sus medios de apoyo y salvamento a lo largo de la historia, recordando, de manera sucinta, el paso por la Flota de buques especializados en el rescate submarino desde la creación de la Flotilla Submarina a principios del pasado siglo XX, como pueda ser el llamativo catamarán Kanguro de 1920, que con unas sorprendentes prestaciones para su época, podía situar un submarino entre sus dos cascos y quedar amarrado para realizar tareas de abastecimiento y reparaciones básicas, siendo su estructura capaz, gracias a su sistema de grúas, de poder alzar un submarino accidentado de 46 m de eslora y 650 toneladas desde unos 40 m de profundidad. Recordaremos también al predecesor del actual A-20 Neptuno, el A-12 Poseidón de 1964, que en el año 1974 realizó un histórico salvamento de los restos del navío de linea Triunfante de la escuadra de Gravina, hundido en 1796 en la bahía de Rosas durante un fortísimo temporal, habiendo sacado a la superficie algunos cañones de 24 libras y partes del casco que aún conservaban las planchas de cobre de la obra viva, conservándose estas reliquías rescatadas del fondo del mar en el Museo Naval de Madrid, y que han servido para investigar y adquirir nuevos datos científicos sobre la construcción de los buques del siglo XVIII según el sistema introducido por Jorge Juan.

El espectacular buque de apoyo a submarinos Kanguro, fondeado en la bahía de Pasajes en 1922 con los submarinos A-1 y A-2 abarloados a su costado de babor (FOTO: Gobierno de España)

Respecto al posible nombre del futuro BAM-IS, desde el Ayuntamiento de Carnota (en A Coruña) se ha llegado a proponer a la Armada Española que se le llame Ariete Carnota (A-21) en homenaje al humanitario y heroico municipio que intervino exitosamente para rescatar con vida a toda la dotación del destructor Ariete (D-36) cuando este buque militar naufragó en la playa de Ardeleiro el 25 de febrero de 1966 durante un fortísimo temporal con olas de 12 metros, destacando que desde entonces el municipio de Carnota mantiene un potente vinculo emocional con la Armada Española.

Para finalizar diremos que aunque el BAM-IS ya lleva un cierto retraso con respecto a la puesta a punto del primer submarino S-80+, afirmamos que aún siendo un mal endémico de la industria de defensa en España que es común en todos sus programas, debe suponer un motivo de orgullo el que se haya diseñado y se empiece a construir próximamente un moderno buque de tan avanzadas prestaciones y capacidades subacuáticas que estará a la par de los mejores de su clase operados por otros países de nuestro entorno, siendo además un buque absolutamente necesario para la seguridad de los nuevos submarinos S-80+ a los que irá aparejado durante su servicio operativo, ya que supondrá la garantía extra de que se pueda realizar una operación de salvamento bajo el agua en beneficio de la Armada o de otras Instituciones del Estado (como la lucha policial contra el narcotráfico y la búsqueda de posibles vícimas desaparecidas en la mar y que requiera de unos medios muy especializados) o en el de cualquier país aliado o amigo que requiera de nuestra ayuda en cualquier dispositivo de búsqueda y rescate submarino internacional, lo que sin duda repercutirá en el prestigio de nuestra Armada y en la imagen de nuestra moderna industria naval, que muy bien podría vender este tipo de buque especializado a aquellos países que estén interesados en adquirir la versión de exportación del submarino S-80 de Navantia y que vean la necesidad de contar con un buque especializado que vaya parejo.

Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)

Desde Foro Naval queremos darles las gracias a los oficiales de la Armada Española, el Capitán de Navío Luis Mollá y el Capitán de Navío Ricardo Ribera, asi como al antiguo Capitán de Salvamento Marítimo (SASEMAR) y profesor de la Universidad de Gijón Julio A. Fernández, por su ayuda y disposición cuando les hemos consultado para la elaboración del presente artículo.

El buque de salvamento A-12 Poseidón navegando frente a Cádiz, según la visión artística de nuestro compañero de Foro Naval, Txema Prada (FOTO: Foro Naval)

ForoNaval© 29/06/2021

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7 Respuestas a “BAM-IS El futuro del salvamento y rescate submarino en la Armada Española

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  2. A-21 ALMIRANTE LOBO , debe ser su nombre . Lo del Ariete ni tiene NADA que ver con los submarinos ni tampoco debe ser recordado por ser un desgraciado accidente naval fortuito . Sin embargo , el nombrarlo haciendo honor al marino de San Fernando que tanto defendió a la navegación submarina , sí parece de lo más adecuado y justo .

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  4. No lo veo tan bueno. No tiene un hangar para helicópteros! Hoy en día inaceptable! También un helicóptero necesita protección y un hangar siempre es bueno para los técnicos.

  5. A- 21 POSEIDÓN también podría ser una segunda posible opción . Menos lo del Ariete en Carnota , lo que queráis . Aunque mi opinión ya la dejé bien clara en mi comentario anterior .

  6. Gerardo , en está cubierta de vuelo creo que se podría habilitar un hangar desplegable , extensible y recogible al estilo de un acordeón para conseguir lo que buenamente observas en tu comentario , si bien es cierto que tal vez su solidez y estanqueidad no fueran precisamente su bondad más reseñable , si ofrecería al menos unas suficientes capacidades de refugio y protección .

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