El escorbuto se produce por una deficiencia de la vitamina C, necesaria para fijar el colágeno, presente éste en la piel, encías, membranas mucosas y huesos. Se conoce desde hace tiempo, sobre todo en tierra ( datado en 1250) , pero se presentó de forma epidémica con los grandes viajes oceánicos entre los siglos XV a XVIII, debido a que en la dieta de los marineros no solían figurar las hortalizas ni la fruta fresca y si las había se acababan enseguida, comiendo principalmente granos secos, galletas (con frecuencia con gusanos o contaminadas por orina de rata), bizcochos y carne salada. Se calcula que 3 millones de tripulantes y viajeros fallecieron a causa de esa enfermedad (habéis leído bien: 3 millones)

Sus síntomas se suelen manifestar a partir de las 6-8 semanas de haber tenido una ingesta insuficiente de ácido ascórbico, como también se conoce a la vitamina C.
Son entre otros:
Cansancio y debilidad (primer síntoma). Se pensaba que era pereza, y en ocasiones a los marineros se les hacía bailar en cubierta para prevenir ese mal
Encías inflamadas y pérdida de dientes.
Hemorragias en la piel y en otros órganos.
Demora en la cicatrización de heridas o apertura de viejas cicatrices
Pérdida de apetito.
Anemia.

Eran muchas las teorías sobre su origen:
Deficiente ventilación.
Falta de ejercicio y confinamiento.
No pisar tierra firme. En algunos buques se cargaba tierra en la que se les hacía revolcar a los tripulantes.
Baños de sangre animal.
Y otros remedios que hoy nos parecen ridículos pero que se hacían de forma desesperada. Hay que pensar que en viajes muy largos hasta el 80% de la tripulación podía contraerlo y pocos sobrevivirían.
En ocasiones se encontraba la solución, tomando sobre todo cítricos, pero, debido a la ausencia de comunicación o la poca difusión, la solución quedaba restringida a un ámbito muy pequeño. En otras ocasiones, a pesar de tomar cítricos, perdían su eficacia al cocerlos. Ya en 1579, el médico Agustín García Farfán publica un tratado de medicina en el que recomienda utilizar naranjas y limones para curar el escorbuto.

La solución definitiva vino por parte de un médico escocés llamado James Lind. En su buque HMS Salisbury vio como morían muchos tripulantes y se le ocurrió formar cuatro grupos de control. A cada uno de ellos le daría una dieta diferente. Se reveló que el grupo alimentado con cítricos no enfermaba o, si ya lo estaba, se recuperaba rápidamente. De todas formas no sabía a ciencia cierta cual era la verdadera solución, porque otros alimentos también frenaban el escorbuto.
El famosos marino y descubridor James Cook conoció a Lind y éste le aconsejó la dieta a seguir. Cook, que tenía por delante un largo viaje al Pacífico en 1769, le hizo caso a Lind y ningún miembro de la tripulación del HMB Endeavour murió por este motivo.

De todas formas, la solución sorpresivamente tardaría en implantarse dos décadas en la Royal Navy, un año después del fallecimiento de Lind. Otras armadas tardarían más por motivos de soberbia y desconfianza ante soluciones foráneas.
Actualmente ya no existe en los viajes por mar, pero puede darse en campos de refugiados, hambrunas, cárceles o en personas con dietas en las que no figura esa vitamina.
Manuel Candal (FORO NAVAL)

Se observa un limonero, árbol que jugó un papel crucial en la erradicación del escorbuto
ForoNaval© 29/01/2022
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