CREACIÓN DE LA INFANTERÍA DE MARINA ESPAÑOLA
En estos momentos hace casi medio milenio que nuestro país creó la Infantería de Marina, una pionera unidad militar anfibia, genuinamente española, que cumple este año su 475 aniversario, lo que no deja de ser algo digno de envidiar por quienes les copiaron e imitaron con el paso del tiempo, como por ejemplo los famosos y cinematografiados Marines estadounidenses.
Efectivamente, los “Tercios de Mar de Nápoles” fueron creados en tiempos del emperador Carlos I de España y V de Alemania en 1537 y luego su hijo, el rey Felipe II le dio carácter naval permanente creando el “Tercio de Armada del Mar Océano” el 27 de febrero de 1566.
La idea era tener una fuerza expedicionaria embarcada capaz de realizar abordajes, defender las naves propias y con capacidad de realizar incursiones anfibias desde la mar hacia tierra. La idea funcionó tan bien que fueron precisamente infantes de Marina españoles los que rindieron la galera capitana del almirante otomano Alí Pachá en la famosa Batalla de Lepanto solo cinco años más tarde, luchando contra los aguerridos y temibles jenízaros turcos.

La batalla de Lepanto podría describirse como un combate de infantería sobre la mar usando las galeras como plataformas
EL CHOQUE DE DOS CIVILIZACIONES POR EL CONTROL DEL MEDITERRANEO
Se trataba de uno de los momentos más peligrosos para la Europa renacentista y la cristiandad misma se jugaba su supervivencia por la expansión del imperio otomano a través de los Balcanes y el Mediterráneo. El Pontífice Pío V vio el peligro y con él la necesidad de detener el avance de la Turquía de Selim II, hijo del sultán Solimán “El Magnífico”, en los márgenes del “Viejo Continente”, antes de que la civilización occidental dejara de existir tal y como se conocía hasta entonces frente a una amenaza que parecía imparable.
Para tal fin el Papa Pio V promovió una coalición de naciones europeas conocida como la Santa Liga, que estando formada por España, Venecia, Génova y los Estados Pontificios, unirían sus recursos para frenar la expansión otomana. Finalmente el 7 de octubre de 1571 aconteció la Batalla de Lepanto, en la que las armadas de ambos bandos se encontraron y lucharon por el dominio del Mediterráneo.

Momento en el que la Infantería de Marina de los Tercios saltan al abordaje desde la galera «La Real» a la «Sultana» durante la batalla de Lepanto
El combate naval consistió en una serie de luchas donde prácticamente las naves servían de plataformas flotantes donde la infantería luchaba sobre la mar. Antes del choque, las galeras disparaban su artillería (cañones pedreros y culebrinas) para tratar de producir el máximo daño posible al enemigo. Después se disparaban con los arcabuces y con las ballestas (los turcos preferían los arcos compuestos) hasta que, finalmente, se producía el abordaje, en el cual los combatientes saltaban de un barco a otro hasta llegar a la lucha cuerpo a cuerpo.
Durante los combates, existía aún un cierto romanticismo que hizo que las dos galeras de los comandantes otomano y cristiano se enfrentaran en un duelo particular, al estilo de las justas medievales. Fue así como las galeras «La Sultana» del almirante turco Alí Pachá y «La Real» del comandante español Juan de Austria se enzarzaron en un combate en el que ambas naves se quedaron enganchadas, de tal modo que sirvieron de única plataforma unida para una lucha particular, a través de la cual ambos bandos iban pasando refuerzos sobre ellas hasta convertirse en un pequeño campo de batalla, mientras a su alrededor se producía el choque principal y más grande, con el resto de las flotas enfrentadas en combate cerrado.

Diorama a escala representando el combate a bordo de una galera turca entre unos infantes de Marina españoles y unos guerreros jenízaros otomanos.
En un momento dado, los jenízaros turcos invadieron casi completamente la cubierta de «La Real» en uno de los sucesivos abordajes que se producían continuamente de una a otra galera, arrinconando en la popa a los pocos marinos españoles supervivientes que aún ofrecían pelea junto a Juan de Austria y que se resistían a rendirse. Pero en ese preciso instante el almirante D. Álvaro de Bazán, que tenía el mando de las reservas, vio la delicada situación de su comandante y se acercó con su galera «La Loba» para abarloarse a «La Real» y pasarle los últimos refuerzos españoles que, en forma de una oleada imparable de infantes de marina, empujaron a los jenízaros fuera de la nave española para, a continuación, abordar el buque insignia turco «La Sultana» donde estaba Alí Pachá comandando a sus bravos soldados jenízaros.
LA CAPTURA DE LA BANDERA TURCA EN LA BATALLA DE LEPANTO
Finalmente el momento de la victoria de las armas cristianas sobre las otomanas se decidió precisamente en ese instante cuando, a causa de un disparo de arcabuz español el almirante turco Alí Pachá fue abatido, capturándose seguidamente la bandera otomana que ondeaba en el buque insignia turco, gracias a la audaz acción de un capitán de Infantería de Marina nacido en Marbella llamado Andrés Becerra, lo que causó la confusión y la desmoralización de los otomanos, que emprendieron en ese instante la huida dándose por vencidos, cuando vieron rendida la nave de su almirante, que había caído en combate, dando así por perdida la batalla y finalizando la misma.

Bandera otomana capturada en Lepanto y custodiada actualmente en la Armerïa Real del Palacio del Escorial
La insignia turca capturada por el capitán Andrés Becerra era conocida como la «Bandera de los Califas», y consistía en un enorme paño de seda de color verde adornado con lujosos bordados en oro que contenían versículos del Corán y el nombre de Alá repetido veintiocho mil veces, que se entregaba a los almirantes que guiaban la Flota Otomana que partían al combate desde los tiempos del sultán Solimán «El Magnífico». Dicha Bandera de Los Califas estuvo custodiada en la Armería del Alcázar de Madrid, hasta que un incendio fortuito producido en la Navidad de 1734 la destruyó. No obstante aún pueden verse en la actualidad otras banderas otomanas capturadas en Lepanto custodiadas en la Armería del Palacio Real del Escorial. Como anécdota merece la pena destacar que en una época en la que no existían las medallas, el rey Felipe II le regaló la bola de oro del tope de dicha bandera turca al capitán Andrés Becerra como premio y reconocimiento a su valor y arrojo al capturarla durante el combate.
EN RECUERDO DE UN INFANTE DE MARINA NACIDO EN MARBELLA Y HÉROE DE LEPANTO
Este valeroso capitán de los Tercios de Mar (Infantería de Marina) era un protegido del almirante granadino Don Álvaro de Bazán (Marqués de Santa Cruz) bajo cuyas órdenes combatió por España en la mar. Nuestro marbellero tenía reconocida experiencia marinera previa a la Batalla de Lepanto cuando, teniendo ya el rango de «quatralbo», logró poner a salvo a tres de las cuatro galeras que tenía bajo su mando durante el Desastre de La Herradura de 1562, donde la Armada perdió casi toda una flota de galeras comandadas por Don Juan de Mendoza a causa de un inesperado y fortísimo temporal mientras se hallaba fondeada en la famosa cala de la costa de Almuñécar, entregando las naves supervivientes del desastre a su mentor, el Marqués de Santa Cruz, que le reconoció su pericia náutica durante tan peligroso suceso.
Cuatrocientos cuarenta años después de la Batalla de Lepanto, el Ayuntamiento de Marbella tuvo a bien rendirle un pequeño y humilde homenaje a su antiguo paisano, otorgándole en mayo del 2011 el nombre de «Capitán Andrés Becerra» a una de sus calles. Todo un honor y reconocimiento para la Infantería de Marina de la Armada española y para Marbella, ciudad que lo vio nacer hace ya casi quinientos años.

Placa identificativa que nombra en Marbella a un vial con el nombre de «Capitán Andrés Becerra» en recuerdo de este héroe de Lepanto en su ciudad natal
Para finalizar, no quisiera dejar pasar la oportunidad para hacer un llamamiento a la conciencia de orgullo de ser marbellero. En esta querida ciudad hemos pasado unos años largos y terribles, marcados por las corruptelas políticas y mafiosas que han marcado nuestro carácter y nuestra fama más allá del término municipal, donde los personajes más “ilustres” y famosos eran y son dignos de ser carne de prisión por méritos propios. Por suerte la normalidad institucional está volviendo tras no pocos esfuerzos.
Sirvan pues estas líneas para reivindicar a los héroes hijos de esta ciudad, que en los momentos más difíciles de la historia de nuestra tierra lo dieron todo y que son los que verdaderamente tendrían que ser recordados y homenajeados en Marbella y España, pues ellos son los que hacen grande el nombre de nuestra ciudad y nuestra patria.
Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)
Dedico el presente artículo al suboficial de la Armada española D. José Luis Porta Valés «Señalero», que tanto me ayudó para que Marbella tenga esta calle dedicada al capitán de Infantería de Marina Andrés Becerra y que me honra con su amistad. ¡Muchas gracias amigo!
Foro Naval© 27/04/2013
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Prohibida su reproducción total o parcial sin permiso o mención a sus autores.

Pingback: LOS BUQUES ESCUELAS JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO Y ESMERALDA | Foro Naval·
Pingback: EL PRIMER RADAR DE LA ARMADA FUE EL TURCO ANDALUZ | Foro Naval·
Pingback: Sabías que….EL RADAR DE LOS PRIMEROS INFANTES DE MARINAS eras los Perros de Aguas Españoles ( conocidos como Pastor Turco, aquí verás el motivo ) – RLNE Delegación de Cantabria y Castilla-León·
Pingback: El 450º aniversario de la victoria en Lepanto | Foro Naval·