Un oficial de la Armada Española, único aprobado del exigente Curso de Comandantes de Submarinos de la Marina Noruega

ÉXITO ESPAÑOL EN EL PRESTIGIOSO CURSO DE COMANDANTES DE SUBMARINOS DE LA MARINA REAL NORUEGA

En Foro Naval hemos tenido constancia de que nuestro amigo, el Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo, que actualmente es el Comandante de Quilla del que será el flamante submarino Isaac Peral (S-81) ha participado en el exigente curso de comandantes de submarinos de la Marina Real Noruega, siendo el único alumno participante que superó el curso, dándose la paradoja de que los otros dos alumnos que participaban en el curso suspendieron, a pesar de que eran miembros de la propia Marina Real Noruega y que llevaban casi toda su carrera profesional preparándose para ese momento, lo que nos puede servir de botón de muestra sobre el alto nivel de dureza y exigencia que tiene dicho curso, lo que a su vez habla muy bien de la excelente preparación y capacitación profesional que posee el oficial de la Armada Española que lo aprobó.

Un submarino de la clase Ula de la Marina Real de Noruega batiéndose frente al oleaje en superficie durante un ejercicio VERTREP con un helicóptero (FOTO: Marina Real Noruega)

SOBRE EL CURSO DE COMANDANTES DE SUBMARINOS DE NORUEGA

La Marina Real de Noruega es en realidad bastante desconocida por el público en general de nuestro país, hasta que hace unos años saltó a los noticieros de todo el mundo por el naufragio de una de sus potentes fragatas de la clase Fridjof Nansen, al confundir la KNM Helge Ingstad (F-313) al petrolero maltés Sola TS con una instalación en tierra firme. Aún así hay que explicar que se trata de una institución militar bastante moderna que, tras reconstruirse después de la Segunda Guerra Mundial y de la incorporación de Noruega a la OTAN, se especializó en la defensa costera del flanco norte de la Alianza Atlántica, por lo que desarrolló una potente fuerza submarina que tenía como misión la protección de la franja litoral escandinava frente a los submarinos soviéticos en caso de guerra y el control del Mar del Norte, donde se localiza la principal fuente de riqueza del país, al encontrarse allí su industria petrolera y los bancos pesqueros.

Con esto en mente, los noruegos desarrollaron en 1967 un curso especializado para optimizar el rendimiento de los comandantes de sus submarinos, donde tomando como referencia el prestigioso Perisher de los submarinistas de la Royal Navy, se colabora con los británicos y también con los cursos análogos de las Marinas de Alemania y los Países Bajos, teniendo una duración aproximada de cuatro meses y desarrollandose en su mayor parte en el área de la base naval de Haakonsvern, cerca de la localidad de Bergen.

Consola de control de un submarino de la clase Ula de la Marina Real de Noruega. Como se puede ver, el espacio está muy aprovechado (FOTO: Marina Real Noruega)

El curso tiene como objetivo verificar que los futuros comandantes de submarinos se desenvuelvan con soltura en una serie de destrezas, consistentes en mantener la seguridad del submarino frente a toda clase de situaciones, poseer conocimientos tácticos que le permitan operar en operaciones nacionales e internacionales, ser capaces de efectuar planteamientos operativos complejos y, por último, poner en práctica las habilidades de dirección y gestión para adquirir y mantener el liderazgo de la dotación y conseguir que trabaje en equipo y con entusiasmo en pro de culminar con éxito los objetivos marcados en la misión.

Para llevar a la práctica estos objetivos, el curso se divide en varias fases, siendo la primera de todas una preparatoria de cuatro semanas para los alumnos noruegos y de cinco para los alumnos extranjeros, donde se evalúa las capacidades de los alumnos de cara a afrontar el inicio del curso. Tras esta fase de inicio se entra en la parte fuerte del curso, donde se desarrollarán las tres fases más importantes, consistentes en una fase sobre seguridad y dos fases de carácter táctico.

Oficial de la Marina Real de Noruega operando uno de los timones del submarino (FOTO: Marina Real Noruega)

1ª FASE: SEGURIDAD

La fase de seguridad es muy intensa, haciendo uso tanto del simulador en puerto como de la práctica a bordo de un submarino noruego de la case Ula. Durante un periodo de entre seis y siete semanas se busca que el alumno tenga la habilidad necesaria para mantener bajo control la situación del submarino ante cualquier circunstancia, realizando ejercicios muy exigentes e intensos que generan un gran estrés, y yendo en aumento la dificultad y complejidad de las situaciones. Llama la atención en esta fase que, usando solamente el periscopio, el alumno debe mantener en todo momento la consciencia situacional de su nave en el medio en el que está actuando, controlando la ubicación de su nave y vigilando todo lo que se encuentre en la superficie del mar, de manera que perciba todo lo que ocurre en superficie con claridad y fiabilidad (por ejemplo, debe ser capaz de controlar cuatro contactos en superficie que evolucionan a diferentes velocidades y con cambios de rumbos constantes) siendo muy valorada la audacia y pericia del alumno, que a través del periscopio (el conocido como “Eyes Only”, es decir, usando sólo los ojos) deberá calcular el momento de atacar a los cuatro contactos que actúan como buques enemigos, simulando que realiza al menos un ataque con torpedos de carrera recta a alguno de los contactos seleccionados. Este método recuerda un poco a los ataques que realizaban los U-boote en la Segunda Guerra Mundial, por lo que deben realizarse cálculos matemáticos y soluciones de tiro complejas para tratar de acertar en los blancos seleccionados, y todo ello sin exponer al submarino y tratando de no ser descubierto.

Sobre el llamado “Eyes Only” hay que explicar que tiene la ventaja de resultar un método de localización y control bastante discreto, que hace que resulte más difícil dar con el submarino, ya que si despliega el mástil del radar, las emisiones electrónicas podrían delatar su posición. Lo mismo podría ocurrir con el sonar activo, cuyos “pings” podrían llegar a poner al descubierto igualmente al submarino. Sobre el izado de mástiles no se debe olvidar el vital momento de largar el snorkel, que supone un momento absolutamente necesario para un submarino, ya que debe arrancar sus motores Diésel para cargar las baterías con las que se mueve bajo el agua. Este periodo de tiempo de carga de las baterías supone un enorme riesgo que debe ser asumido, ya que resulta imprescindible para que el submarino pueda seguir operando bajo el agua, suponiendo su mayor momento de exposición, por que el tubo del snorkel puede ser divisado por los buques y aviones que le buscan e incluso ser detectado por un radar o una cámara infrarroja.

Un submarinista noruego en uno de los puestos de pilotaje de un submarino de la clase Ula (Marina Real Noruega)

2ª FASE: TÁCTICA

Con una duración cercana a los dos meses, esta fase del curso se divide a su vez en otras dos subfases, donde el alumno deberá demostrar sus capacidades llevando a la práctica el conjunto de reglas y procedimientos que se utilizan en las operaciones navales militares, con la finalidad de lograr los objetivos determinados por el curso y aplicando todo lo aprendido en la 1ª Fase de Seguridad, es decir que se debe actuar manteniendo la integridad y seguridad del submarino de manera discreta y sin ser detectado.

La primera parte de la 2ª Fase Táctica tiene una duración de cuatro semanas, desarrollándose la primera mitad en puerto (haciendo amplio uso de los simuladores en la Escuela de Submarinos) y la segunda mitad en la mar, cerca del Ártico y dentro de los famosos fiordos noruegos, donde se pondrá en práctica todo lo aprendido hasta ahora en un complejo escenario táctico plagado de fragatas, corbetas, patrulleras, medios aéreos e incluso otros submarinos, que simulan ser las fuerzas enemigas en tiempo de guerra. Para ponerlo aún más difícil hay también tráfico marítimo civil para confundir y dificultar más aún la situación.

El submarino KNM Utsira (S-301) navegando en superficie en el interior de un fiordo nevado (FOTO: Marina Real Noruega)

A los alumnos se les pide que entren con su submarino sin ser detectado en aguas pocos profundas para realizar diferentes misiones relacionadas con la penetración en territorio enemigo, ya sea para infiltrar fuerzas de operaciones especiales, ya sea para explorar y obtener información del presunto enemigo (como por ejemplo el levantamiento fotográfico de la costa o de una base naval enemiga y la recopilación de datos electrónicos o de interés para los analistas de inteligencia del tipo ELINT)

Dentro de una determinada ventana de tiempo y realizando posadas en el fondo marino, los alumnos deberán tener en consideración no sólo a las fuerzas enemigas que lo buscan, sino también las corrientes, las mareas y la topografía de la costa y el fondo marino. Aquí se observa y se valora la pericia y la habilidad del alumno llevando hasta el límite de la seguridad al submarino en un ambiente costero, angosto y variable en cuanto a la profundad del fondo marino.

Sala de torpedos de un submarino noruego de la clase Ula. Al tratarse de una nave de tamaño contenido hay que aprovechar muy bien el espacio a bordo para almacenar toda clase de herramientas, pertrechos y equipos (FOTO: Marina Real Noruega)

La segunda parte de la 2ª Fase Táctica tiene una duración que oscila entre las cuatro y las cinco semanas, teniendo lugar la primera en puerto, para hacer uso intensivo de los simuladores de la Escuela de Submarinos, donde se recrearán diferentes situaciones que luego se desarrollarán de manera práctica en la mar.

Dicha parte marítima tiene como escenario las aguas alrededor de la Isla de Arran, junto a la base naval de británica de Faslane, y el fiordo escoces de Clyde, cerca de Glasgow. Aquí es donde la Royal Navy tiene su base de submarinos de propulsión nuclear. En esta parte del curso se cuenta con la participación de otros submarinos de las marinas británica, holandesa y alemana, que de manera colaborativa realizan aquí sus cursos análogos de comandantes de sus propios submarinos, haciéndolos coincidir con el ejercicio multinacional de la OTAN Joint Warrior.

Vista del famoso fiordo de Narvik desde la vela del submarino noruego KNM Uredd (S-305) durante la Fase Táctica del Curso de Comandantes de Submarinos de la Marina Real Noruega (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

Esta es la parte final del curso y la de mayor intensidad, complejidad y exigencia, que culmina en la denominada “Mini War”, donde los alumnos pondrán a prueba todos los conocimientos, enseñanzas y recursos que han aprendido para enfrentarse, sin ayuda ni consejos de nadie, a los retos, objetivos y tomas de decisiones que se le vayan planteando. A ello se suma también la rivalidad y competencia de los otros submarinos participantes, cuyos alumnos británicos, holandeses y alemanes tratan también de aprobar sus respectivos cursos nacionales de comandantes de submarinos, por lo que el aspecto ASW (lucha antisubmarina, es decir, luchar contra otros submarinos) cobra mucha importancia en este punto.

En esta fase se cuenta con los buques y aeronaves de la Royal Navy (junto con los aportados por Alemania y Países Bajos para el ejercicio Joint Warrior) para interpretar el papel de “enemigos”, lo que supone un verdadero reto para los alumnos de los cursos de comandantes de submarinos, ya que los británicos están muy familiarizados con el entorno del escenario donde se desarrollan los ejercicios, actuando con gran agresividad y decisión a la hora de tratar de detectar a los submarinos que intentan operar en sus aguas “domésticas”.

Sala de Máquinas de un submarino de la clase Ula. Aquí se puede comprobar que el espacio a bordo de un submarino es muy limitado (FOTO: Marina Real Noruega)

LA EXPERIENCIA DEL OFICIAL ESPAÑOL DURANTE SU PARTICIPACIÓN EN EL CURSO DE COMANDANTES DE SUBMARINOS DE NORUEGA

El Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo considera que el aprendizaje obtenido en el Curso de Comandantes de Submarinos de Noruega ha sido realmente provechoso, ganando mucho en experiencia, conocimientos y seguridad en si mismo de cara a mandar de manera eficaz y eficiente un submarino y hacer frente a toda clases de circunstancias, por lo que piensa que con el nuevo simulador del programa de submarinos S-80+ (Plus) instalado en la Escuela de Submarinos de la Base Naval de Cartagena, y la inminente entrada en servicio del nuevo submarino Isaac Peral (S-81) se podría tratar de crear un curso similar al de la Marina Real de Noruega, con vistas a optimizar la formación y aprendizaje de los futuros comandantes de la Flotilla de Submarinos de la Armada Española, que en estos momentos está viviendo un emocionante proceso de renovación y modernización.

El capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo en la vela del submarino KNM Utsira (S-301), uno de los dos en los que se desarrolló la 50ª edición del exigente Curso de Comandantes de Submarinos de la Marina Real Noruega (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

Sobre su paso por el Curso de Comandantes de Submarinos de la Marina Real Noruega, que ha coincidido con su 50ª edición, el Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo, nacido en Zaragoza hace 39 años, nos habla de diferentes experiencias y sensaciones, a bordo de los submarinos noruegos KNM Utsira (S-301) y KNM Uredd (S-305) durante las diferentes fases del Curso, como por ejemplo el tener que estar de rodillas durante el empleo del periscopio de ataque de su submarino durante la primera parte de la 2ª Fase, ya que el profesor que le está evaluando usa el periscopio de observación en su punto de izado más elevado, por lo que el del alumno debe estar en un punto menos elevado (entre 60 y 80 cm menos) con la finalidad de no obstruir el campo de visión de 360º de su profesor. Para ello el alumno va equipado con unas rodilleras que evitan posibles lesiones o daños en tan vitales articulaciones, lo que no quita que se sienta extraño por adoptar esa posición tan incómoda durante la evaluación.

El Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo también nos habla de la enorme complejidad que resulta la parte conocida como “Only Eyes”, que es un procedimiento que en la actualidad no se usa en la Flotilla de Submarinos de la Armada Española, ya que normalmente los torpedos empleados hasta ahora son del tipo F-17 filoguiados, de gran precisión, por lo que los lanzamientos de torpedos en modo “recto” no son una modalidad habitual en estos tiempos.

Precisamente a causa de esta modalidad de disparo, los alumnos deben colgarse cinco cronómetros para realizar las diferentes soluciones de cálculos de otros cuatro blancos que debe de seguir y controlar de manera simultanea, por lo que hay que estar muy ducho con las matemáticas para emplearlas de manera rápida y mental, con el añadido de estar sometido a una gran tensión y estrés por el escenario táctico en el que se desarrolla su ejercicio. De alguna manera, el ver a un comandante de submarinos usando cronómetros colgados del cuello, en vez de los modernos ordenadores o computadoras, nos hace recordar a la típica imagen de los comandantes de los U-boote alemanes en la Campaña del Atlántico o la de sus semejantes de los submarinos estadounidenses y japoneses en la Campaña del Pacífico durante la II Guerra Mundial.

El Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo usando el periscopio de ataque del submarino KNM Utsira (S-301) durante la 1ª Fase de Seguridad. Observar los cronómetros que porta y las rodilleras (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

Sobre los cronómetros hay que explicar que son básicamente para el protocolo de controlar los avistamientos en superficie, en este caso, cuatro objetivos. Los alumnos del curso tienen que manejarse con los cuatro a la vez, y cada cronómetro marca un objetivo. Cada barco, según la distancia y velocidad, tiene asignado un tiempo mínimo de avistamiento que tiene que respetar. No se puede saltar ninguno, ni retrasarse en el tiempo asignado de avistamiento. Los tiempos asignados van variando según la evolución de los cuatro barcos, que se controlan con los cronómetros colgados de la cintura. Los cronómetros determinan la seguridad de la operación. El quinto cronómetro, que es el que va colgado al cuello, es el más importante para la seguridad, pues es el que sirve para recordar cuando toca izar el periscopio para hacer una ronda de 360° para comprobar el perímetro, por ejemplo cada tres minutos.

Así pues, el buen uso de los cronómetros resultan fundamental para prevenir situaciones de peligro y ganar en seguridad. En este caso se podría decir que la costumbre crea el buen habito, y el buen habito salva la vidas. El objeto del ejercicio es calcular y recordar el tiempo para volver a observar cada uno de esos contactos. Si se «agota» el tiempo de alguno de los cronómetros se pone en riesgo la seguridad del submarino. Mantener la concentración y tener claro que la prioridad es mantener la seguridad del submarino, todo ello acompañado además de situaciones cinemáticas prediseñadas para los buques de superficie que generan gran estrés para el alumno.

Con este aspecto lucen los alumnos durante la Fase de Seguridad, con rodilleras para no lesionarse y con cinco cronómetros para controlar a la vez (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

Nuestro protagonista también habla de la increíble experiencia que le supuso navegar sumergido dentro de los angostos fiordos noruegos y emerger a cota periscópica rodeado de enormes montañas llenas de nieve que encajonan la mar, sumando también el hecho de que estuvo operando casi en los 70º de latitud, lo que supone de facto navegar dentro del Círculo Polar Ártico, que es un escenario muy exótico para un submarinista español, que normalmente suele operar en el Mar Mediterráneo como escenario habitual.

Sobre la fase final del curso, el Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo destaca el enorme cansancio que se va acumulando, lo que unido a la presión del curso, va pasando factura a nivel físico y mental, sobre todo cuando sus compañeros noruegos iban siendo eliminados al suspender el curso, el primero a cuatro días de acabar el curso, y el segundo cuando ya solo restaban cuatro horas para finalizarlo, lo que sirve de ejemplo sobre la enorme exigencia y dificultad que supone superar esta prueba, donde la tasa de aprobados ronda el 60%. Este hecho resulta realmente paradójico para la Marina Real de Noruega, ya que a fecha de este articulo, dispone solamente de tres comandantes para su flota de seis submarinos de la clase Ula que opera en la actualidad. Desde estas líneas le deseamos toda la suerte del mundo a los dos alumnos noruegos cuando repitan el curso el año que viene.

Imagen duplicada en el periscopio de la fragata holandesa HNLMS Evertsen (F-805) durante el cálculo de distancia por estadimetría durante el desarrollo de la 2ª Fase Táctica del Curso de Comandantes de Submarinos en aguas escocesas (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

Sobre la vida en el submarino, el C.C. Manuel Corral nos cuenta que el régimen de vida a bordo es muy similar al de los submarinos españoles, reinando la camaradería y el buen ambiente (lo que Patrick O´Brian definiría como un barco feliz) lo que resulta de gran importancia cuando se tiene que convivir en un espacio reducido donde se come, se duerme y se trabaja literalmente codo con codo. El submarino navega en régimen de dos vigilancias donde toda la dotación se va turnando las guardias, quedando exentos de este régimen el comandante y el cocinero.

Sobre los cocineros de los submarinos de la Marina Real Noruega hay que decir que todos han pasado antes por los fogones de la Casa Real Noruega, y que los menús suelen ser saludables y equilibrados, equiparables a los de un gran restaurante en tierra firme, elaborando platos que para los españoles, acostumbrados a la dieta mediterránea, nos podrían resultar algo exóticos, ya que se puede servir en la mesa desde la carne de ballena a la de reno, pasando por la trucha asalmonada de los fiordos.

Periscopios de observación y de ataque de un submarino clase Ula asomando sobre la superficie del agua cuando opera dentro de un fiordo nevado (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

Volviendo a las guardias a bordo, el Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo nos cuenta que cuando a los alumnos del curso les toca hacer de comandantes tienen que hacer un periodo o turno de 24 horas. Antes de comenzar cada periodo, el alumno tiene que realizar una especie de prebriefing donde plantéa de manera pormenorizada al profesor las tareas asignadas. Luego, el día antes de comenzar el periodo vuelve a realizar un briefing con el comandante del submarino y el profesor, donde el alumno explica la forma en la que pretende ejecutar las tareas asignadas. Una vez que ha acabado el periodo de 24 horas, el alumno vuelve a reunirse con el profesor en un postbriefing donde expone las impresiones personales sobre el desarrollo de los sucesos que hayan ocurrido durante su turno, tras lo cual el evaluador ofrece sus comentarios al alumno sobre el cómo ha actuado, repitiéndose este turno cada tres días por haber tres alumnos a bordo, relevándose en dichos periodos de 24 horas.

Sobre los descansos a bordo, en los submarinos noruego de la clase Ula se recurre al conocido como “cama caliente” ya que se tratan de naves de pequeño tamaño y el número de camas disponibles a bordo es reducido por fuerza, por lo que hay ir relevándose por turnos entre la dotación para poder usarlas, si bien cada cual con su propio saco de dormir personal por motivos higiénicos. Normalmente la cama a compartir por los asistentes al curso la usaba el alumno que salía del periodo de 24 horas. El alumno que tenía que realizar su prebriefing descansaba tumbado en los asientos de la Cámara de Oficiales. Al alumno que le tocaba el papel de comandante durante el periodo de 24 horas tenía a su disposición un colchón colocado improvisadamente en el puesto de control de la propulsión, entre dos cuadros eléctricos, pero si conseguía dormir tres horas seguidas se podía considerar afortunado, ya que durante su turno apenas tiene tiempo para descansar un poco.

La vida a bordo de un submarino es bastante dura y sacrificada, debido a la falta de espacio y al riesgo implícito de navegar bajo el agua, lo que hace que los submarinistas sean considerados casi como una unidad naval de élite (FOTO: Marina Real Noruega)

Una anécdota sobre la importancia del descanso es que el alumno que hace el papel de comandante entrante debe exponer en el prebriefing el tiempo que le va a dedicar a su descanso dentro del planeamiento de su turno de 24 horas, aunque sólo fueran unos precarios diez minutos. Luego, si no aprovechaba sus descansos programados, el profesor lo valoraba de manera negativa y lo penalizaba, al tiempo que regañaba al alumno con la afirmación de que “sleep is a weapon!”

Otra anécdota que nos cuenta el Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo sobre la vida a bordo del submarino noruego donde realizó el Curso de Comandantes es que, para romper la monotonía, se organizaba un concurso por cámaras los domingos donde se jugaba al Trivial, siendo el ganador de las preguntas galardonado con algún premio. Nuestro oficial español trasladó la costumbre de la Flotilla de Submarinos de la Armada de realizar un tradicional bingo, para lo cual llevó desde Cartagena los cartones con números y una aplicación para que el móvil fuera cantando los números, de tal manera que se pudo jugar a este popular juego el último domingo del curso, repartiendo entre los ganadores camisetas y tazas con motivos y logos de los submarinos de la Armada española, lo que hizo las delicias de los submarinistas noruegos, hasta el punto que el segundo comandante del submarino KMS Uredd (S-305) expresó su intención de tratar de implantar esta costumbre española a bordo.

Comandante de submarino noruego echando un vistazo a través del periscopio (FOTO: Marina Real Noruega)

Para finalizar hay que señalar que al estar sufriendo la actual pandemia de coronavirus que está azotando el mundo, existía el riesgo de que, en el momento de que hubiera algún contagiado a bordo, se pudiera interrumpir el curso. Por suerte para nuestro oficial no llegó a ocurrir este caso, por lo que pudo finalizar el curso con aprobado, si bien nos cuenta que el que suspendieran sus compañeros noruegos le produjo un gran pesar, ya que durante todo el tiempo que pasaron juntos se produjo un gran “feeling”, fruto de la convivencia y la camaradería. Como hemos insistido antes, el que aprobara un tercio de los alumnos submarinistas viene a demostrar la enorme dureza y dificultad que presenta este Curso para Comandantes. De hecho el año anterior el único alumno noruego que se presentó al mismo tampoco fue capaz de superarlo. Todo esto viene a poner de manifiesto que el ya Comandante (de Quilla) del nuevo submarino Isaac Peral (S-81) es la persona más capaz e idónea que hay en estos momentos para mandar el primer submarino de la nueva clase S-80+ (Plus) de la Armada Española, lo que debe representar un motivo de orgullo para nuestro país por tener marinos tan preparados y cualificados incluso a nivel internacional.

El Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo a bordo del submarino KNM Utsira (S-301) juntos con sus dos compañeros noruegos del Curso de Comandantes de Submarinos (FOTO: Manuel Corral Iranzo)

SOBRE LOS SUBMARINOS NORUEGOS DE LA CLASE ULA (S-300)

Los submarinos de la clase Ula fueron diseñados y construidos conjuntamente por Noruega y Alemania en los años ochenta del pasado siglo tras un encargo de la Marina Real Noruega, entrando en servicio seis unidades a lo largo de la siguiente década tras la colaboración del astillero Kongsberg Gruppen, que se encargó de la fabricación de las secciones del casco, mientras que el astillero Thyssen Nordseewerke realizó el ensamblaje final y la integración de los sistemas en Noruega.

Los clase Ula fueron diseñados como unos pequeños submarinos de tipo costero, si bien pueden adentrarse en el océano durante periodos cortos de tiempo, ya que su autonomía es limitada. Son considerados como uno de los submarinos más silenciosos y maniobrables del mundo, ya que su pequeño tamaño dificulta la detección por parte de unidades enemigas, lo que hace que sean naves ideales para actuar en áreas costeras, teniendo también un gran equilibrio en relación al coste de su operatividad con la Marina Real Noruega.

Como contribución a la OTAN, estos submarinos han sido desplegados en varias ocasiones por la Marina Real Noruega en el Mediterráneo, donde han participado en varias maniobras internacionales con los países aliados. Para poder operar en las aguas del “Mare Nostrum” los noruegos han debido de mejorar los sistemas de refrigeración de sus motores, debido a que la temperatura es más alta que en el Mar del Norte y el Mar Ártico.

El submarino KNM Utvær (S-303) de la clase Ula navegando en superfie dentro de un fiordo noruego (FOTO: Marina Real Noruega)

CARACTERISTICAS GENERALES DE LA CLASE ULA

Desplazamiento en superficie: 1.040 tn
Desplazamiento en inmersión: 1.140 tn

Eslora: 59 m
Manga: 5,4 m
Puntal: 4,6 m:

Dotación: 21 submarinistas
Armamento: 8 tubos lanzatorpedos de 533 mm (torpedos Atlas Elektronik DM2A3 o 16 minas)

Sensores:
• Radar de superficie Kelvin Hughes 1007
• Sónar principal: Atlas Elektronik CSU8
• Sónar de flancos Thonson Sintra

Propulsión: 2 Diésel + 1 eléctrico
Potencia: 2 X 695 HP (2 X 1.300 kW)
Potencia en inmersión: 1 x 6.000 HP (1 × 4.474,2 Kw)

Velocidad en superficie 11 nudos
Velocidad en inmersion: 23 nudos

Autonomía: 5.000 mn a 8 nudos
Profundidad operativa estimada: 250 m

Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)

Desde la Asociación Foro Naval queremos darle las gracias al Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo por su imprescindible ayuda para la elaboración de este artículo, en especial por su paciencia explicándonos el tema de los cinco cronómetros y por las fotos y datos que nos ha proporcionado.

El submarino KNM Utsira (S-301) navegando en superficie con la fragata KNM Thor Heyerdahl (F-314) en plena noche polar. En este submarino hizo el Curso de Comandantes nuestro oficial de la Armada Española protagonista de este artículo (FOTO: Marina Real Noruega)

ForoNaval© 07/04/2021

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