Cuando el Cosme García (S-34) fue el primer submarino «nuclear» de la Armada

Esta historia comienza en New London, donde la todopoderosa US Navy tiene su principal base de submarinos de la costa este, siendo también conocida como el «Hogar de la Fuerza Submarina americana». Era octubre del año 1972 y allí estaba destinado el comandante Benito Chereguini con la dotación del submarino Cosme García (S-34) que acababa de ser transferido a la Armada Española. En New London estaban pasando por un periodo de adiestramiento y aclimatación de seis meses al nuevo submarino recién transferido de la US Navy, paso previo antes de iniciar camino a su nueva base en Cartagena, donde cambiaría las aguas del Atlántico por las del Mediterráneo.

El Cosme García (S-34) era un submarino perteneciente a la numerosa clase Balao de la Segunda Guerra Mundial, un modelo potente y robusto con capacidades oceánicas que había sido convenientemente modernizado por la US Navy al estándar GUPPY de cara a contrarrestar a la fuerza submarina soviética durante la Guerra Fría. Del mismo modo, la US Navy proporcionó muchos de estos submarinos GUPPY a las marinas militares de los países aliados del bloque occidental, siendo operados por las armadas de Holanda, Grecia, Turquía, Canadá, Brasil, Argentina, Perú, Pakistán, Taiwán, Venezuela, Italia y España, que llegó a operar cinco submarinos de este modelo.

El submarino Cosme García S-34 en el Arsenal de Cartagena con otros tres submarinos clase Balao-Guppy que operó la Armada Española (FOTO: Diego Quevedo Carmona)

Los submarinos Balao llevados al estándar Guppy se podrían considerar como una especie de paso previo de la US Navy hasta la llegada de los submarinos de propulsión nuclear de tercera generación, para lo cual los estadounidenses echaron mano a las soluciones de diseño de los submarinos alemanes del tipo XXI que tanta fama obtuvierón durante las fases finales de la Segunda Guerra Mundial, y de los que los EE.UU. consiguieron apoderarse de algunos de ellos como botín de guerra mediante la Operación Paperclip, una vez finalizado el conflicto.

Parece ser que una tarde estaba el comandante Benito Chereguini caminando con su segundo, el teniente de navío Carlos Sánchez-Ferragut, por los muelles de la base de New London admirando con cierta envidia cómo destacaban los submarinos de propulsión nuclear sobre los demás de tipo convencional que estaban allí atracados, ya que sus características formas hidrodinámicas y sus grandes velas dotadas de timones de profundidad (llamadas aletas de forma coloquial) les daban un aire muy moderno, digno de pertenecer a la tercera generación.

El submarino Cosme García S-34 a su llegada a Cartagena tras regresar de New London, mostrando las aletas diseñadas por el comandante Chereguini (FOTO: Diego Quevedo Carmona)

Durante ese paseo, el segundo, Sánchez-Ferragut, le habló a su comandante sobre la sana envidia que le producía ver esos grandes y potentes submarinos nucleares americanos, mostrando su deseo de que algún día la Armada española pudiera tener al menos uno o dos en el futuro… y fue entonces cuando el comandante Chereguini le contestó: “no pases más envidia, por que te prometo que llegarás a Cartagena a bordo de uno igual que esos”

LA LLEGADA DEL SUBMARINO COSME GARCÍA (S-34) A LA BASE DE CARTAGENA

Cuando el Cosme García (S-34) partió de la base de New London para cruzar el Atlántico, ocurrió que la dotación, oficiales y suboficiales del submarino, empezaron a pedirle a su comandante que buscara la manera de cumplir la promesa que le hizo a su segundo para causar sensación cuando llegaran a la base de Cartagena, por lo que ideó un plan para hacer pasar al submarino Guppy por uno nuclear…

¡Y vaya si causaron sensación cuando llegaron a Cartagena! El Cosme García (S-34) arribó el ocho de diciembre de 1972 luciendo unas aletas en su vela que le daban toda la apariencia de tratarse de un verdadero submarino nuclear. En la distancia parecía otro tipo de submarino en vez de un Balao. Y además, como “guinda del pastel” iba el teniente de navío Sánchez-Ferragut disfrazado de Papá Nöel encaramado en lo alto del puente del submarino anunciando la proximidad de las fechas navideñas. La imagen tuvo que ser increíble, rozando lo espectacular, ya que produjo la incredulidad de los almirantes, jefes, autoridades e invitados que estaban esperando a pie de muelle y que no podían salir de su asombro por la sorpresa.

Los almirantes y jefes de la Armada se miran entre ellos con cara de perplejidad al ver llegar al Cosme Garcia S-34 disfrazado de submarino nuclear (FOTO: Benito Chereguini)

Había ocurrido que el comandante Chereguini ideó el diseño de un par de aletas falsas que fueron fabricadas con gran entusiasmo por la dotación con alambre y lona de color gris, instalándose a continuación a los lados de la vela con hilo de nylón, con lo que se conseguía disfrazar al Cosme García (S-34) de submarino nuclear de aquella época, ya que casi que recordaba con su silueta al aspecto del USS Nautilus (SSN-571)

Pero por desgracia el comandante Chereguini no contó con un problema. Nos cuenta nuestro amigo Diego Quevedo que los remolcadores del Arsenal de Cartagena se acercaron al submarino y le lanzaron chorros de agua como señal de bienvenida, lo que hizo que la aleta de babor se estropeara y se doblara como si estuviera alabeando. El comandante Chereguini le hizo señales a los remolcadores para que desviaran los chorros de agua, pero ya era demasiado tarde, de forma que al atracar en el muelle la aleta izquierda presentaba un aspecto lamentable. Un marino del arsenal al ver así de doblada la aleta le preguntó a un suboficial submarinista por ese aspecto tan raro del timón de profundidad, a lo que el suboficial le respondió “eso será cosa de los americanos, mejor ni tocarlo” recordando la traducción libre del lema en latín del arma submarina española sobre “no tocar los aparatos” del Ad Utrumque Paratus (siempre preparados)

Los remolcadores del arsenal de Cartagena le dieron la bienvenida al submarino Cosme García S-34 con chorros de agua, doblándole la aleta de babor (FOTO: Benito Chereguini)

Parece ser que el comandante Chereguini tuvo unos momentos de indecisión cuando vió a los almirantes y jefes de la Armada a pie de muelle esperando la llegada del submarino, estando tentado de desmontar las aletas, pero luego pensó en lo alta que estaba la moral de su dotación a causa de haber construido ese disfraz para su submarino, reconociendo también al Capitán General esperando en el muelle, al que ya conocía de muchos años por haber sido su comandante cuando Chereguini era guardiamarina en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano (A-71), haciendo memoria de que tenía un gran sentido del humor y que comprendería aquella broma, típica del carácter de los hombres que sirven en los submarinos, que además regresaban felices a casa después de estar seis meses en el extranjero. El comandante Chereguini no podía defraudar a su dotación llegados a ese momento.

Los almirantes y jefes de la Armada lo supieron comprender y le perdonaron la broma al comandante Benito Chereguini. De hecho, algunos días después, durante la presentación oficial en Capitanía General, el propio almirante jefe del Arma Submarina le hablaba a su ayudante de la “coña marinera” que le había gastado Chereguini y la sonrisa que le sacó delante de los demás almirantes. Y es que desde aquel día al submarino S-34 empezaron a llamarle cariñosamente en Cartagena por el mote de «El Atómico Don Cosme»

Después de que el comandante Chereguini hiciera señales a los remolcadores, estos pararon los chorros de agua. En la vela casi se puede apreciar al teniente de navío Carlos Sánchez-Ferragut disfrazado de Papá Nöel (FOTO: Benito Chereguini)

Hoy en día, con una Armada Española altamente profesionalizada e integrada en la OTAN sería muy improbable (por no decir imposible) que volviera a vivirse en la Flota una broma similar a la del comandante Benito Chereguini. De hecho la Armada ya no gusta de que se realicen decoraciones personalizadas en los aviones, helicópteros o buques, recordando a este respecto que ya se ha borrado el bonito dibujo del brazo de Nelson que tenía el cañón Tigre de la fragata Almirante Juan de Borbón (F-102) en homenaje a los defensores de Tenerife.

España a día de hoy sigue sin tener planes para dotarse con submarinos nucleares. No obstante la industria naval nacional, encabezada por Navantia, ha logrado diseñar y construir una nueva clase de submarinos con tecnología AIP que sin duda se acabaran convirtiendo en todo un referente mundial de su categoría, destacando desde estas líneas que una de sus señas de identidad consiste precisamente en la instalación de unas aletas (estas de verdad) en la vela, que le confieren un aspecto moderno y actual, lo que sin duda habría causado mucha alegría a los protagonistas de esta historia, el comandante Benito Chereguini y su segundo Carlos Sánchez-Ferragut.

El comandante Benito Chereguini relata la anécdota del submarino «nuclear» Cosme García S-34 y su paso por la base de New London junto a otras historias, muy interesantes, con el Arma Submarina como escenario en el libro «Buena Amanecida», usando al personaje de Negri como su Alter Ego. En su libro aporta también un mensaje conciliador del periodo de la Transición Española que hoy en día se echa de menos en la sociedad de nuestro país (FOTO: JuanCris Ortiz)

Para finalizar, no podemos dejar pasar la anécdota de que mientras la dotación del submarino Cosme García (S-34) estaba en la base de New London, en la US Navy tuvieron la agradable sorpresa de encontrar a un pariente de su primer almirante. Y es que el segundo Carlos Sánchez-Ferragut estaba emparentado con David G. Farragut, hijo del militar menorquín Jorge Farragut, que emigró a los EE.UU. tras estudiar la carrera de náutica en Barcelona, y cuyo hijo se acabaría convirtiendo en el primer marino en ostentar el rango de almirante de la Marina de los Estados Unidos, tras haber desarrollado su carrera naval bajo la protección del famoso comandante estadounidense David Porter, que le llegó a considerar como hijo adoptivo por el gran aprecio que le tenía.

Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)

Desde Foro Naval le queremos dedicar el presente artículo a los submarinistas de la Armada, por que son unos marinos muy especiales y tienen su propio “ethos” que les hacen únicos.

Acuarela del submarino Cosme García S-34 pintado por Guillermo G. Aledo

ForoNaval© 22/04/2021

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5 Respuestas a “Cuando el Cosme García (S-34) fue el primer submarino «nuclear» de la Armada

  1. Me ha gustado mucho el leer este artículo ya que forma parte de mi vida siempre vinculada al mar, a la Armada, a Cartagena y a su base de submarinos

    Soy hijo del ya retirado Capitán de Navío D. Carlos Sánchez-Ferragut Giménez, segundo del S 34 «Cosme García» (Farragut en el artículo) y que iba disfrazado de Papá Noel en la vela del barco.

    Mi madre, mis hermanos y yo, que tenía 4 años, le esperábamos en el muelle de la dársena y me acuerdo como si fuera hoy verlos llegar.

    Mi más sentido homenaje a todos los marinos y a sobre todo a esas mujeres que esperan en casa el regreso de sus maridos. Mujeres de una pasta especial.

    Y como dijo el Almirante Farragut «Al diablo los torpedos, avante a toda máquina» y deseo que el arma de submarinos recupere el esplendor de hace años.

    • ¡Muchísimas gracias Daniel! Nos alegramos de corazón que te haya gustado el artículo. Teníamos nuestras dudas sobre cómo se escribía el apellido. Esperamos que nos perdones el error.
      ¡Un fuerte abrazo!

  2. Lo que son las casualidades, no se si son parientes o no, pero el ultimo comandante del S-34 tambien era un Ferragut. Mariano Juan Ferragut, último comandante de S-34 Cosme García a cuya dotación tuve… No tuve, tengo el orgullo de pertenecer.
    Cabo 2⁰ de marinería del 2⁰ del 81 último reemplazo que se licenció en el S-34 Cosme García
    Francisco Crespo Sanjuán «el Ibi» como solían llamarme a bordo

  3. ESTEVE Yo tuve el privilegio de pertenecer a la 1ª dotacion del S-34 Cosme Garcia y me siento muy orgulloso de haber pertenecido a esa tripulacion del Submarino Cabo Verde Electricista Francisco Esteve

  4. Daniel,
    Debes de estar orgulloso de tu padre.
    Yo tuve la suerte de tenerle como instructor, un verano en 1970 ó 1971 (No recuerdo) en la Escuela de Suboficiales De San Fernando (Cádiz).
    Seguramente el entonces, Teniente de Navío, D. Carlos Sánchez-Ferragut Giménez, se quedó sin vacaciones ese verano para formar a la Milicia Naval Universitaria.
    Después de 53 años, me acuerdo de él perfectamente, un excelente marino y profesional inmejorable.
    Todavía tengo apuntes manuscritos de su conferencia L A/S (Lucha Antisubmarina).
    Respecto a el Almirante Farragut, por supuesto que nos contó la maniobra que realizó, puso su barco el primero y el resto en fila, pasando con éxito una zona de aguas minada.
    Por favor Daniel, te agradecería que le dieses a tu padre los mejores recuerdos de un alumno de milicias, en el que ha dejado Estela.
    Gracias anticipadas.

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