500º ANIVERSARIO DEL PRIMER CRUCE DEL ESTRECHO DE MAGALLANES

En estos días el buque escuela de la Armada Española Juan Sebastián de Elcano (A-71) ha arribado al puerto chileno de Punta Arenas, en la costa de la Patagonia, cuando está realizando su XCIII Crucero de Instrucción Naval coincidiendo con el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo de la Historia Universal. En este punto del viaje, el J.S de Elcano (A-71) se ha unido a su gemelo, el buque escuela chileno Esmeralda (BE-43) de la Marina de Chile, para sumarse al 500º Aniversario del primer cruce del Estrecho de Magallanes. Este hecho náutico acontecido hace medio milenio es de suma importancia en la Historia de la Humanidad, ya que fue la primera vez que se conectó el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, permitiendo el comienzo del fenómeno de la Globalización.

Arribada del buque Juan Sebastián de Elcano A-71 de la Armada Española al puerto de Punta Arenas para atracar junto a su gemelo chileno Esmeralda BE-43 (FOTO: Armada de Chile)

EL FINAL DE LA EDAD MEDIA Y EL COMIENZO DE LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS

Con la caída de Constantinopla en 1453 a manos de los turcos, la Ruta de La Seda como vía comercial queda interrumpida hacia Europa, por lo que deja de fluir las mercancías exóticas que desde el siglo I a.C. llegan desde China y la India. El impacto en la economía y la actividad mercantil de los países del Viejo Continente se deja notar, en especial con el tráfico de especias, como el clavo o la pimienta, que son artículos absolutamente necesarios para la conservación y el consumo de alimentos cárnicos en el medioevo.

Para salir de esta crisis mercantil de alcance internacional se producen dos grandes e intrépidas iniciativas. Por una parte Portugal se lanza a la aventura con el gran marino y explorador Vasco de Gama, que va a tratar de descubrir una ruta hacia levante que permita conectar Europa con la India bordeando el continente africano mediante una arriesgada navegación de cabotaje por un territorio incógnito y misterioso. Por otra parte España hace lo propio con la iniciativa propuesta por el marino y explorador Cristóbal Colón navegando hacia el poniente para tratar de llegar a Asía y conectar con los territorios descritos por el viajero y mercader italiano Marco Polo, dando la vuelta al mundo, confiando en que la Tierra no sea plana, sino redonda.

El buque escuela Juan Sebastián de Elcano A-71 de la Armada Española siendo recibido por el patrullero Granville P-63 de la Armada Argentina para darle la bienvenida a las aguas de la Patagonia durante el 500º Aniversario de la Primera Vuelta al Mundo (FOTO: Armada Argentina)

Como todos ya sabemos, Cristóbal Colón no pudo lograr su ansiado objetivo, ya que falló en sus cálculos sobre el tamaño de nuestro planeta, creyendo que era mucho más pequeño de lo que realmente es, y topándose además con todo un nuevo y desconocido continente que le impedía seguir navegando hacia poniente. Colón hizo tres viajes más a la recién descubierta América con la intención de encontrar un paso que le posibilitara el poder salvar este imprevisto obstáculo a la navegación y que le permitiera abrir una nueva ruta marítima y comercial hasta Asia, fracasando en todos sus intentos. Desde ese momento para España resultará vital encontrar un camino que le permita rodear el Nuevo Mundo para poder conectar el Atlántico con el Pacífico y abrir con ello una ruta comercial entre Asía y Europa para poder competir con la ruta comercial portuguesa.

Precisamente por mor de la rivalidad comercial entre Portugal y España por el dominio marítimo hacia Asia y las Islas de las Especias, ambas potencias deben someterse a un arbitraje con el Papado para tratar de evitar la guerra, firmándose el famoso Tratado de Tordesillas en 1494, donde el Orbe se reparte en dos hemisferios o áreas de influencia que eviten el conflicto, siendo el lado oriental para Portugal y el Occidental para España.

Artilleros de la Infantería de Marina, del destacamento de la III Región de la Armada chilena con base en Punta Arenas, realizan salvas de saludo en respuesta a las disparadas por el buque escuela español (FOTO: Armada de Chile)
Celebración del acto institucional, en el Muelle Prat del puerto de Punta Arenas, del V Centenario del primer cruce del Estrecho de Magallanes y la primera Circunnavegación de la Historia de la Humanidad (FOTO: Armada de Chile)

Tras los continuos fracasos de las cuatro expediciones colombinas buscando un paso para llegar a Asia y a las Islas de las Especies, llega a España el militar renegado portugués Fernão de Magalhães, cansado de ser menospreciado por su propio rey y ninguneado en su patria lusa, por lo que se pone al servicio de España, castellanizando su propio nombre y apellido por el de Fernando de Magallanes, prometiendole al rey Carlos I que puede encontrar para España el ansiado paso desde el Atlántico hasta el Pacífico, lo que permitiría a los españoles llegar a Asia y a las Islas Molucas sin tener que pasar por los territorios que le correspondían a Portugal por el reparto del Tratado de Tordesillas.

El Rey dota a Magallanes de cinco naos, tripulaciones y pertrechos para que se lance a la mar en busca del prometido paso, partiendo desde el puerto de Sevilla en 1519. Después de llevar nueve meses navegando por el Océano Atlántico y ser azotado por terribles tormentas invernales en el hemisferio sur, Fernando de Magallanes sigue buscando como meta un paso que pueda bordear el continente americano y conectar con el Océano Pacífico para encontrar una ruta marítima factible que le permita llegar hasta las Islas de Las Especies.

Los buques escuela gemelos Juan Sebastián de Elcano A-71 y Esmeralda BE-43 atracados juntos en el muelle Prat del puerto de Punta Arenas (FOTO: Armada de Chile)

Primero arriba al enorme Río de la Plata, entre las actuales Uruguay y Argentina, creyendo que allí encontrará el deseado paso, pero se encuentra en un callejón sin salida al comprobar que no navega en agua salada, sino que es agua dulce. A continuación se encamina hasta la Bahía de San Julián, donde debe sofocar un motín en abril de 1520, ya que el frío y la falta de alimentos, así como el miedo a lo desconocido (muchos marineros seguían creyendo que la Tierra era plana y que se podían caer al llegar a los bordes) estaba empezando a causar mella en la moral de las dotaciones de las Naos.

Tras juzgar y condenar a los amotinados de la Bahía de San Julián, Magallanes prosigue hacia el oeste con su viaje, enviando dos naos de avanzada para explorar cada fiordo, cabo y ensenada del cono sur americano hasta que una gran tormenta les obliga a separarse durante varios días. Cuando el resto de la flota de Magallanes les daban por hundidos, llegaron con las banderas al viento y disparando salvas como señal de buenas noticias… ¡habían conseguido llegar al estrecho que conectaba con el Pacífico!

Los buques escuela gemelos Juan Sebastián de Elcano A-71 y Esmeralda BE-43 atracados juntos en el muelle Prat del puerto chileno de Punta Arenas (FOTO: Armada de Chile)

Cuanto más se van adentrando en el nuevo estrecho explorando todos los canales y vías navegables, más asombrados quedan con todo lo que ven, como un enorme fuego que ilumina en la noche la costa patagónica. Magallanes la bautiza como Tierra de Fuego. La ruta larga y angosta que siguen navegando hacia poniente empieza a ensancharse, dibujándose en el horizonte un enorme e inabarcable horizonte marino. Ha conseguido llegar al hasta entonces conocido como Mar del Sur, que tras la llegada de Magallanes se conocerá como Océano Pacífico, por las buenas condiciones climáticas que les brindó, pero desconociendo que es la mayor masa de agua sin tierra a la vista de todo el planeta y el largo camino de sufrimiento que aún le queda por delante para llegar hasta las Islas Molucas, luchando no solo contra el hambre, la sed, el clima y las tribus indígenas, sino también huyendo de la persecución a la que sus antiguos compatriotas portugueses le someten para que no pueda cumplir con su misión, ya que supone una amenaza a la hegemonía lusa en el Océano Índico junto con sus rutas marítimas y sus redes comerciales asiáticas.

Finalmente Magallanes consigue llegar a las Islas Filipinas en diciembre de 1521, donde su sirviente Enrique, que era originario de Sumatra, reconoce el dialecto de la zona, sirviendo de intérprete e intentando establecer las primeras relaciones con los nativos. Desde allí se encamina a la isla de Cebú, con el que quiere firmar una alianza. Dicha alianza le obliga a guerrear contra los enemigos de su nuevo aliado, muriendo Magallanes en combate frente al caudillo Lapu-Lapu en la isla de Mactán en abril de 1521.

El buque Juan Sebastián de Elcano A-71 de la Armada Española arribando al puerto chileno de Punta Arenas para atracar junto a su buque gemelo Esmeralda BE-43 (FOTO: Armada de Chile)

Tras la muerte de Magallanes, sin que llegara a conseguir su objetivo de llegar a las Molucas, le sucede en el cargo el marino español Juan Sebastián de Elcano, con el que la expedición llega a las Molucas, cargando las naos supervivientes de nuez mozcada y clavo. Una vez conseguido este objetivo, Elcano debe de navegar por miles de millas de dominio portugués en el Ócéano Índico, con el temor de ser descubierto y atacado por los lusos, que quieren impedir a toda costa que los españoles completen la vuelta al mundo de regreso y que acaben con su monopolio de las especias.

Finalmente Juan Sebastián de Elcano llega en septiembre de 1522 a Sanlúcar de Barrameda, con solo dieciocho de los doscientos sesenta y cinco marinos originales a bordo de la nao Victoria, la única que sobrevive a la expedición de Magallanes a las Molucas, siendo recibidos como auténticos héroes y siendo ricos tras el viaje, ya que por las especies que trajeron en las bodegas se pagó una gran fortuna, ya que el clavo tenía en Europa más valor que el propio oro. El Rey Carlos I reconoció además la gran gesta llevada a cabo por Juan Sebastián de Elcano, otorgándole la titularidad de ser el primero en dar la primera vuelta al mundo en toda la historia de la humanidad.

CONCLUSIONES FINALES SOBRE EL ESTRECHO DE MAGALLANES

El Estrecho de Magallanes finalmente no resultó ser una vía comercial rentable a pesar de los enormes sacrificios y penalidades que costó su descubrimiento, ya que navegar por sus aguas es demasiado difícil, por lo que España estableció una ruta marítima y comercial desde las Islas Filipinas hasta Acapulco, en la provincia de Nueva España (la actual México) que sería monopolizada durante tres siglos por el famoso Galeón de Manila, que era el buque mercante encargado de traer las especies y los artículos exóticos de China y Asía hasta América, y luego desde allí hasta Europa en los convoyes mercantes que atravesaban el Atlántico dos veces al año. Dicha ruta de retorno por el Océano Pacífico era conocida como el Tornaviaje, y fue hallada gracias a otra gran expedición marítima de carácter náutico, llevada a cabo por el marino y explorador Miguel López de Legazpi, acompañado por el gran navegante Andrés de Urdaneta, si bien en la actualidad hay bastantes pruebas que ameritan la ruta del Tornaviaje al navegante Alonso de Arellano, que pudo ser víctima de un complot tras pleitear sobre la autoría del descubrimiento.

Los buques escuela gemelos Esmeralda BE-43 de Chile y Juan Sebastián de Elcano A-71 de España fondeados juntos en el Canal de Magallanes (FOTO: Armada de Chile)

En cualquier caso, nadie puede negar que la búsqueda del paso al Mar del Sur para conectar los océanos Atlántico y Pacífico ha supuesto una de las grandes gestas de la historia de la humanidad, por lo que hay que poner en valor la aventura de Magallanes en este aspecto, así como el papel de Juan Sebastián de Elcano logrando tomar el relevo tras la muerte de su comandante y completar la circunnavegación al planeta de forma pionera, lo que es una aventura comparable en grandeza a la carrera espacial y a la llegada del hombre a la Luna ya en pleno siglo XX, con la diferencia de que Magallanes, Elcano y sus hombres desconocían el camino que tenían que descubrir…

Desde aquí ya solo nos queda acordarnos de esos grandes héroes y desear que el buque escuela Juan Sebastián de Elcano (A-71) de la Armada Española complete su actual Crucero de Instrucción Naval libre de CoVid-19, y que finalice con total éxito su decimoprimera vuelta al mundo en homenaje a aquel gran marino que recuerda portando su nombre con orgullo en su popa, y sin que la pandemia de coronavirus, que afecta al mundo entero, haga mella en la salud y la moral de nuestros marinos.

Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)

La fragata Almirante Williams (FF-19) navegando junto al buque escuela Esmeralda (BE-43) en aguas de Punta Arenas, en la costa patagónica, durante la conmemoración del 500° Aniversario del primer cruce del Estrecho de Magallanes (FOTO: Armada de Chile)
La fragata Almirante Williams (FF-19) de la Armada de Chile navegando junto al buque escuela Juan Sebastián de Elcano (A-71) de la Armada Española en aguas de Punta Arenas, en la costa patagónica, durante la conmemoración del V Centenario del primer cruce del Estrecho de Magallanes (FOTO: Armada de Chile)

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